Unicontex se ubicó como la segunda empresa textilera de confección más importante del país.

Las empresas ecuatorianas han visto en las alianzas comerciales una alternativa para asegurar el crecimiento de sus negocios a mediano plazo produciendo así manufacturas de calidad que a futuro serán exportados a los mercados más competitivos del mundo.

Este es el caso de la Unión de Confeccionistas Textiles (Unicontex), una empresa con sede en Quito y conformada hace cinco años producto de la unión de seis negocios (Ebotex, Contaggio’s Ropa Sport, Indumoda, P & G Confecciones, Dismotex y Condetalles) que se dedican a la confección y comercialización de pantalones jeans, cuyos propietarios invirtieron 150.000 dólares en partes iguales en su creación.

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La función inicial de esta empresa fue importar telas  desde Chile, Colombia, Perú y Brasil para abaratar los costos de producción de las prendas, explica Stalin Vásquez, gerente general de Dismotex, quien indica que lograron este objetivo con una reducción de precios de un 80% ya que la tela que costaba 3,50 dólares en el mercado nacional la consiguieron en 2,50 dólares.

Hace dos meses, asegura Vásquez, los propietarios decidieron dedicarse exclusivamente a la confección de pantalones. Para ello trasladaron toda su maquinaria a la planta, ubicada en la calle de Los Aceitunos y avenida Eloy Alfaro (en el norte de Quito) para “incrementar la producción y que cada una de las empresas se encargue de comercializarla”, manifiesta.

Con 212 empleados y una producción mensual de 41.500 prendas, las cuales son repartidas entre las empresas filiales de acuerdo con sus necesidades de mercado, Unicontex se ubicó como la segunda empresa textilera más importante del país después de Royaltex (que confecciona los pantalones Lee) con una participación en el mercado nacional del 20%, aproximadamente.

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El grupo quiere incrementar su producción el próximo año a 80.000 pantalones al mes y adquirir equipo de alta tecnología para, dice Vásquez, “poder ”adquirir estándares de calidad mundial y que nuestro excedente de producción lo ubiquemos actualmente en el mercado internacional”.

Marcelo Rhor, gerente de Contaggio’s, asegura que la Corporación Minuto de Dios, de Colombia; y Corpconfección, de Ecuador, asesoran y capacitan a todos sus empleados sobre las últimas tendencias de confección de jeans.

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Aunque no participan en las mesas de negociaciones, Rhor expresa que el Tratado de Libre Comercio (TLC) es una buena oportunidad para exportar productos nacionales a través de las alianzas.

“Nosotros hemos hecho un grupo asociativo de carácter horizontal, pero queremos asociarnos con los proveedores de insumos y buscar alianzas con el sector financiero para poder elaborar proyectos y con las universidades para capacitación de personal”, agrega.

Las oportunidades comerciales aumentaron con esta unión, asegura Óscar Godoy, subgerente de Condetalles, ya que la falta de atención gubernamental al sector textil no permite un crecimiento institucional individual.

Para el 2005, puntualiza Godoy, Unicontex espera dominar el mercado nacional y expandirse inicialmente a Colombia y Perú.

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LAS ESTADÍSTICAS

CONTRABANDO
En los últimos dos años cerraron más de 210 empresas textileras a causa del contrabando, indica un estudio que realizó la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE). Este contrabando se produce, según Sebastián Borja, presidente de AITE, debido a un “fracaso” en la administración de las aduanas, que afecta los ingresos al Estado y disminuye el número de empleos.

CIFRAS
A esta conclusión se llegó luego de analizar las siguientes cifras: Panamá exportó a Ecuador en el 2003, 84 millones de dólares en textiles; sin embargo, el Banco Central solo registró importaciones desde ese país y ese mismo año por siete millones. Es decir, explicó Borja en agosto pasado, hubo un aparente contrabando de 77 millones equivalente a una defraudación al fisco de 25 millones de dólares.