En los graves momentos que atraviesa la democracia ecuatoriana es necesario recordarle al Mandatario que tiene la gran oportunidad de convertirse en líder de los ecuatorianos si cumple su palabra de campaña presidencial: refundar nuestro país.

Que lleve a consulta popular los cambios trascendentales que hacen falta para gobernar, de esa forma tendrá apoyo popular y evitaría chantajes políticos de sectores.

El pueblo está cansado de politiqueros que se creen líderes por paralizar servicios públicos, tirar piedras, tener poder, conseguir prebendas a grupos sindicales...

Publicidad

Hay un sistema colapsado de corrupción en  los organismos del Estado, coima, sobornos,  robos...,  y cualquier gobernante se ve obligado –para mantenerse en el poder– a negociar. Pregúntele al pueblo si tiene confianza con el Poder Judicial, si cree en el Congreso, si la homologación debe ser para todos sin distingo.

Estos graves problemas inciden negativamente en el desarrollo del país, por lo tanto, los educadores estamos comprometidos a buscar cambios beneficiosos en la sociedad, porque la educación es un pilar fundamental de democracia.

Prof. Fernando Lindao Tierra
Guayaquil

Publicidad

El Mandatario merece el respeto de los ecuatorianos, pues de conformidad a públicas declaraciones no desmentidas, el Gobierno proporciona a ciertas municipalidades y otras instituciones los medios económicos para que realicen obras públicas.

Que el Presidente tiene errores, es indudable, peor al asumir un poder, hay compromisos con partidarios, amigos y familiares. ¿Quién en su caso no se rodearía de capaces y leales colaboradores que secunden sus actos en favor del pueblo?

Publicidad

Hasta la fecha no he conocido que el Presidente haya cometido traición a la patria, entonces los ciudadanos que ignoramos argucias políticas nos damos cuenta que el problema radica en que sus actos son criticados cuando se aplica la ley. Muchas veces por cuestiones presupuestarias el Ejecutivo no cubre sueldos a la burocracia, o el costo de obras nacionales, entonces se alzan voces de protesta, huelgas, pero da cara al problema.

Hasta 1974 ocupé una función pública en la ciudad, y hasta esa fecha los sueldos se atrasaban cuatro meses, pero los financiábamos con una oficina particular pagando intereses legales. El Presidente  afronta problemas, aun cuando muchas veces tenga que rectificar.

Ab. Eduardo Córdova Barona
Guayaquil

 

Publicidad