Taiwan siempre ha sido parte de China.

El gobierno de Chiang Kai-shek en 1946 desató la tercera guerra civil que culminó en 1949 con su derrota y huida a Taiwan, la que desde ahí se autodenomina República China en Taiwan, pretendiendo ser un estado soberano y creando la ficción de “dos Chinas”. Simultáneamente, el presidente Mao Tse-tung proclamaba el 1 de octubre en Pekín el establecimiento de la República Popular China.

A inicios del 50, el gobierno de la República Popular China, representante legítimo del Estado chino, solicitó a la ONU que admitiera en su seno a sus delegados, pero esta por presiones políticas se rehusó, y recién corrigió el error el 25 de octubre de 1971, al aprobar todos los derechos de la República Popular China, reconocer su gobierno y expulsar de los representantes de Chiang Kai-shek de los puestos que ocupan ilegalmente en Naciones Unidas.

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El gobierno que administra Taiwan, perseverando en su política de “dos Chinas”, se vale del pequeño número de países que aún le dan reconocimiento diplomático y, desde 1992 intenta que se la incluya en la ONU. Así, en 1995, a la súplica que hizo a la ONU para que la readmitiera, la condicionó con dar $ 1.000 millones, para “ayudar” a las naciones en desarrollo, osadía que no mereció respuesta.

El gobierno de Taiwan hasta hoy, para conservar el reconocimiento de 26 pequeños estados y lograr su ayuda para reingresar a la ONU, les hace “donaciones” por $ 261 millones. De ese grupo 13 están en América Central y el Caribe. La prensa informó esos escándalos. El presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños, habría recibido de Taiwan $ 4,9 millones para su campaña electoral y corre el riesgo que lo destituyan; el ex presidente de Costa Rica, Miguel A. Rodríguez, por sobornos, incluidos de Taiwan, tuvo que renunciar a la Secretaría General de la OEA y hoy está en prisión en su país; el presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, es investigado por un giro de $ 500 mil a su campaña electoral; la ex presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, habría recibido un “regalo de cumpleaños” de $ 1 millón.

Por la razón del Derecho Internacional que proscribe la secesión que divida un país debido a una guerra civil; por el patrocinio de escaso número de países (26 de 186, 14%); y por la cuestionada credibilidad de gobernantes de algunos de esos países, la ONU debe haber negado por decimotercera vez el intento del gobierno de Taiwan, con el que pretende borrar el haber sido expulsado por ilegítimo, y ahora ser readmitido en la ONU que congrega a estados soberanos de todo el mundo.

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Dr. Alfonso Chum Jurado
Guayaquil