La polémica se extiende a los grupos sociales que exponen sus criterios sobre el fármaco.

Aunque en Guayaquil aún no se comercializa, la polémica por el uso o no de la píldora Postinor 2 o ‘del día después’ rebasa el campo científico y se extiende a las organizaciones sociales.

Margarita Arosemena Gómez-Lince, directora de la Fundación Casa del Hombre Doliente, se manifiesta en contra. “No estoy a favor de que se la venda, porque es un atentado para el ser humano. La vida es un don de Dios que debemos respetarla desde su inicio hasta su fin natural”, sostuvo.

Publicidad

No obstante, Dora Cecilia Endara de Jaramillo, presidenta de la Fundación María Guare, señaló que “como medida terapéutica de emergencia, es decir, para los casos de violación se debe considerar necesario ingerir la Postinor 2”.

Sonia García, representante del Observatorio Derecho de Mujeres, en declaraciones a Ecuavisa, manifestó ayer que las mujeres ecuatorianas deben saber que frente a una relación que consideren peligrosa o ante la duda existe la píldora.

Arosemena Gómez-Lince insistió en el poder que tiene la sociedad sobre cualquier vida “es únicamente de cuidarla y respetarla, mas no de quitarla. Además, el 90% de los ecuatorianos somos católicos y creo que entendemos el daño que estamos haciendo al arrancarle la oportunidad de vivir al ser que está dentro de una mujer”.

Publicidad

Algunos médicos coinciden en que la píldora no puede considerarse como un anticonceptivo regular o como un método de planificación familiar, pero afirman que no es un abortivo.

Patricia Parra, integrante de la organización española Médicos Sin Fronteras, estuvo de acuerdo con las aseveraciones anteriores y explicó que “su comercialización es aceptable siempre y cuando la Postinor 2 sea utilizada para casos específicos como abuso sexual o la ruptura del preservativo”.

Publicidad

La recomendación de los doctores es que bajo la supervisión de un especialista, la mujer que se encuentre en los días de peligro de salir embarazada debe ingerir la pastilla luego de las 24 horas de haber tenido relaciones sexuales con su pareja y hasta antes de las 72.

Para Arosemena Gómez-Lince el óvulo puede ser fecundado entre 30 minutos y tres horas y no como afirman varios médicos, entre 24 y 48 horas, “por lo que ya se lo tendría que considerar como un atentado contra el alma y vida de un ser”, recalcó.

Endara de Jaramillo enfatizó que para el uso habitual no la considera conveniente, y advirtió que por su utilización frecuente pueden formarse coágulos que llegan a alojarse en el cerebro o corazón y conllevarían a la muerte de la persona que la toma.