El líder palestino, Yaser Arafat, recibió este jueves el "último homenaje" del presidente francés, Jacques Chirac, en un hospital militar a las afueras de París, antes de que sus restos emprendieran su último viaje a Oriente Medio.
 
Después de presidir las ceremonias del 86 aniversario del armisticio de la Primera Guerra Mundial, Chirac acudió al hospital de Percy, donde Arafat había muerto a las 02h30 GMT, después de ocho días en coma.
 
Centenares de partidarios del difunto presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) estaban congregados para despedir a su líder, ante el hospital donde había ingresado el pasado día 29.
 
Chirac se inclinó ante los restos de Arafat y presentó sus "muy sinceras" condolencias a su esposa, Suha, familiares y allegados.
 
Al enviar al pueblo palestino y sus "representantes" un mensaje de "amistad y solidaridad", aseguró que Francia "seguirá actuando incansablemente por la paz y la seguridad" en el Oriente Medio, "en el respeto de los derechos de los pueblos palestino e israelí".
 
Ultimo líder occidental en ver vivo a Arafat, el pasado día 4, en el hospital, y primero en inclinarse ante su cadáver, Chirac no asistirá esta tarde a un acto en la base de Villacoublay previa a la partida de sus restos en un Airbus militar francés hacia El Cairo.
 
A la ceremonia, prevista para las 16h00 GMT, asistirán el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, el titular de Exteriores, Michel Barnier, representantes palestinos y diplomáticos, entre otros.
 
Chirac tampoco acudirá a los funerales de Arafat mañana en El Cairo, donde Francia será representada por Barnier, quien había visitado al líder palestino el pasado junio en la Mukata, donde denunció la situación "indigna" a la que Israel lo sometía.
 
Los principales líderes políticos franceses se unieron al duelo del pueblo palestino, a la vez que miraron al futuro con la esperanza de que se relance el proceso de paz.
 
Al expresar su "conmoción" por la muerte del "hombre de valor y convicción que ha encarnado, durante 40 años, el combate de los palestinos por el reconocimiento de sus derechos nacionales", Chirac abogó porque esta pérdida "pueda unir a todos los palestinos".
 
"Es permaneciendo unidos cómo seguirán siendo fieles a la memoria de Yaser Arafat y harán prevalecer el ideal al que había dedicado su existencia", añadió, al reiterar el compromiso de Francia y de la Unión Europea a favor de "dos Estados -un Estado palestino viable, pacífico y democrático, y el Estado de Israel- viviendo el uno al lado del otro en paz y seguridad".
 
Francia, que acogió al "rais" conforme a su tradición de "país de acogida" y soportó las disputas macabras entre Suha Arafat y la dirección palestina que rodearon su agonía, se ha destacado por su proximidad con los palestinos.
 
El primer miembro de un gobierno occidental en reunirse con Arafat fue el ministro francés de Exteriores, Jean Sauvagnargues, en octubre de 1974, en la embajada gala en Beirut, a petición del entonces presidente Valery Giscard d Estaing, porque "representaba las aspiraciones de los palestinos".
 
El propio Giscard recordó, en un tributo póstumo al que fue "uno de los pocos hombres que supo encarnar la conciencia de un pueblo", que en 1975 se abrió en París la primera oficina palestina en Occidente.
 
En 1982, soldados franceses ayudaron a Arafat a huir del cerco israelí en Beirut. Y, en 1989, seis meses después de que la OLP aceptara las resoluciones de la ONU sobre el conflicto, su líder fue recibido por el presidente Francois Mitterrand en París, adonde volvería repetidamente a partir de entonces.
 
Al margen del carácter "humanitario" de su acogida a Arafat en sus últimos días de vida, Francia espera reforzar su papel en Oriente Medio y ayudar a relanzar el estancado proceso de paz.
 
Chirac, primer líder extranjero en recibir a parte de la nueva dirección palestina, hace dos días en París, y Barnier les instaron a continuar las reformas y preparar elecciones en los territorios para designar a un nuevo presidente, capaz de hacer aceptar al pueblo los compromisos necesarios para la paz.
 
La nueva situación creada con la desaparición de Arafat, el plan israelí de retirada de Gaza y el fin del paréntesis electoral en EE.UU. facilita sobre el papel el relanzamiento de la "Hoja de Ruta".
 
En su primera conversación telefónica con George W. Bush tras su reelección, mientras Arafat agonizaba en Percy, Chirac le pidió que reactivara ese plan de paz del Cuarteto, que prevé la creación, en 2005, de un Estado palestino al lado del de Israel.