Los hospitales del Niño, Luis Vernaza y Roberto Gilbert atienden a un promedio de 180 quemados al año. El tema se trata hoy en un congreso médico.

El desayuno de Kerly G., de seis años, se tornó dramático la mañana del pasado 1 de noviembre. Eran las 09h00 y la pequeña no paraba de saltar sobre la silla de comedor junto a dos de sus cinco hermanos, cuando el jarro de chocolate caliente que se disponía a tomar, se volteó y cayó sobre sus piernas. “Estaba hirviendo y empezó a gritar de dolor”, cuenta su madre, María Parrales, quien se encontraba en la cocina al momento del accidente.

Ella recuerda que su hija no podía sentarse ni mantenerse en pie producto de las quemaduras de segundo grado que le produjo la leche.

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Su episodio no es aislado. Como ella, el 57% de los casos de quemaduras que se registran en Guayaquil es ocasionado por líquidos calientes, según un estudio de la Sociedad de Quemaduras (Seque).

El informe determina que el 32% de las lesiones es ocasionada por fuego directo, el 10% por electricidad y el 1% por objetos calientes.

El cirujano plástico Carlos Márquez, presidente de la entidad, asegura que las quemaduras -más frecuentes en niños- ocurren por el descuido de los padres y con mayor incidencia en los barrios marginales. “Allí los padres dejan encerrados a sus hijos para salir a trabajar. Los niños pueden acercarse fácilmente a la cocina, se voltean la olla encima o inflaman el gas”, señala.

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El tema será abordado a partir de hoy y hasta el viernes en el primer Congreso de Quemaduras que se realizará en el edificio Las Cámaras. La idea es difundir nuevas técnicas de tratamiento y una campaña de prevención en estos sectores.

La situación se evidencia en los hospitales Luis Vernaza, Roberto Gilbert y Francisco de Ycaza Bustamante, que cuentan con unidades de quemados. A ellos llegan pacientes de la isla Trinitaria, Guasmo, Suburbio, parroquias y provincias cercanas como Los Ríos, El Oro y Manabí.

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Kerly acudió desde la 41 y Sedalana al hospital del Niño, donde lleva ocho días asilada. En esta casa de salud se han atendido, de enero a junio de este año, 61 menores con quemaduras de segundo y tercer grado en cara, cuello, cabeza y extremidades.

En el Roberto Gilbert la cifra llega a 106 casos; y, en el hospital Luis Vernaza, a 73.

El Dr. Miguel Tenorio, jefe del área de quemados del Francisco de Ycaza, manifiesta que los hospitales de Guayaquil alojan a un promedio anual de 180 pacientes.

“Vienen con quemaduras profundas. Y no solo por comidas sino por vaporizaciones y por la quema del cisco de arroz en el campo”.

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La incidencia se concentra entre los 7 y 8 años, pero,agrega, a la unidad llegan niños desde los 7 días de nacido hasta los 15 años.

El tratamiento, explica el doctor Jaime Romero, consiste en desinfectar la herida y aplicar tópicos locales: cremas, parches, antibióticos, vendas estériles para ayudar a la regeneración de los tejidos. Dependiendo del grado de la lesión se aplican pintas de sangre y plasma.

PREVENCIÓN

Cuidados
La única manera de prevenir las quemaduras en los niños es mantenerlos alejados del peligro. Los médicos recomiendan no dejarlos ingresar a la cocina para jugar o realizar tareas domésticas.

Evitar el contacto con soluciones calientes, como vaporizaciones; controlarlos al momento de ingerir alimentos calientes y no dejar ollas encendidas o las sartenes con el mango hacia afuera en las hornillas, porque en un descuido podrían voltearlas sobre ellos.

Atención
Cuando un niño se quema, lo aconsejable es lavar la herida con abundante agua fría y colocar una manta limpia o gasas estériles, de tenerlas a mano. No aplicar cremas ni ungüentos caseros porque pueden infectar la lesión. Llevar al afectado de inmediato a un centro de salud o al hospital más cercano.

Corriente
Es preferible que en las casas donde habiten niños se cubran los tomacorrientes con tapas especiales. Esto evitará que el menor introduzca su dedo y se queme con la electricidad.
Además, se debe tener cuidado con los cables eléctricos expuestos sin protección en los barrios o domicilios. Los niños tampoco deben tener contacto ni jugar con fósforos.