Yasser Arafat continuaba este domingo gravemente enfermo con un fallo hepático y su estado no estaba mejorando, dijo un funcionario palestino, mientras que líderes palestinos adoptaban en su ausencia un plan para restablecer el orden en sus territorios.
 
Al mismo tiempo, Israel completaba los preparativos para enterrar al presidente palestino, en el caso de que fallezca, en la Franja de Gaza, una decisión que iría en contra del declarado deseo de Arafat de ser enterrado en Jerusalén.
 
En medio de una creciente preocupación sobre quién sucederá al líder de 75 años, ingresado en un hospital militar francés, algunos asesores dicen que su estado es tan malo que podría ser trasladado a Egipto, de donde podría ser llevado a casa más rápidamente si fallece.
 
"Tiene un fallo hepático. Su estado no está mejorando", dijo un responsable palestino en Cisjordania que no quiso ser identificado. "Una opción que se está considerando es trasladarle a El Cairo".
 
El responsable dijo que cualquier decisión de trasladar a Arafat sólo la podría tomar la dirección palestina. Añadió que un bajo número de plaquetas, que ayudan a la coagulación de la sangre, estaba dificultando las transfusiones sanguíneas.
 
Los médicos han descartado que sufra leucemia, pero siguen dando vueltas a qué es lo que hizo que su salud se deteriorara tanto la semana pasada en el hospital de París donde lleva ingresado desde el pasado 29 de octubre.
 
En Ramallah, sede del cuartel general de Arafat, los otros líderes palestinos decidieron llevar a cabo un plan para restablecer la ley y el orden en Cisjordania y Gaza, dijo un ministro gubernamental. Fue la primera decisión de importancia adoptada desde la salida de Arafat.
 
Responsables dijeron que el plan fue redactado en marzo y está más preocupado por poner fin a la anarquía local que en controlar a los extremistas que libran un levantamiento contra Israel desde hace 4 años, pese a que es algo solicitado desde hace tiempo por los israelíes y la comunidad internacional.
 
El ministro de gabinete Saeb Erekat dijo a Reuters que el Consejo de Seguridad Nacional decidió "implementar un plan para restablecer el estado de derecho en los territorios palestinos".
 
El plan pide el despliegue de más fuerzas de seguridad. Los extremistas no podrán llevar armas excepto cuando se enfrenten con Israel y no podrán intervenir en disturbios locales.   
 
Israel ve señales de acción
 
Arafat y otros responsables a menudo prometían actuar en el frente de seguridad, con escasos resultados. Arafat dijo que los palestinos estaban incapacitados por la destrucción por parte de Israel de sus fuerzas durante el levantamiento.
 
Informando al gabinete de Israel el domingo, el ministro de Defensa, Shaul Mofaz, dijo que había señales de que líderes palestinos estaban intentando reprimir la violencia.
 
"Hay indicios de que están intentando cerrar filas y detener el terrorismo de Hamas, pero no hay forma de saber si tendrán éxito", dijo.
 
El primer ministro palestino, Ahmed Qurie, recibió presiones el sábado por parte de las facciones armadas para que les otorgara poderes en la toma de decisiones en una dirección unificada temporal que piden si Arafat fallece. No dijo si había aceptado.
 
Arafat quiere ser enterrado en la Ciudad Vieja de Jerusalén, que es sagrada tanto para los musulmanes como para los judíos, pero las autoridades israelíes se niegan a permitir que sus restos descansen en tierra que Israel considera parte de su capital indivisible y que se anexionó tras la guerra de 1967.
 
Israel quiere que sea enterrado en la Franja de Gaza.
 
"La institución de defensa ha completado los preparativos para un entierro de Arafat en Gaza", dijeron fuentes políticas citando a Mofaz durante la reunión de gabinete del domingo.
 
"En cuanto recibamos una petición de la Autoridad Palestina sobre la cuestión, pondremos en marcha los preparativos finales. Seguimos esperando un anuncio formal de la muerte de Arafat".