Tres mil paramilitares de once facciones de las  Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) comenzaron ayer formalmente un  proceso de desarme que deberá concluir antes del 31 de diciembre, en la más  grande desmovilización de los grupos de ultraderecha en 22 meses de diálogos.

Tras una reunión con los jefes de las AUC en la localidad de Santa Fe de  Ralito (740 km al norte de Bogotá) el alto comisionado de paz del gobierno,  Carlos Restrepo, dio por iniciada la desmovilización de grupos que operan  en distintas regiones del país.

Las facciones que se desmovilizarán son los bloques Catatumbo, Bananero,  Calima, Pacífico y Cundinamarca, los frentes Mojana y el del suroeste de  Antioquia, y las autodefensas de Córdoba, Meta y Vichada, del sur de Magdalena  e isla de San Fernando, y el frente Vichada del Bloque Central Bolívar.

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Los dos jefes máximos de las AUC, Salvatore Mancuso y Ernesto Báez,  encabezarán la desmovilización paulatina y contarán con el permiso del régimen  para salir de Santa Fe de Ralito, donde están concentrados para los diálogos de paz, y desplazarse a las zonas en que operan esos grupos para dirigir el desarme.