Cuando caiga el telón y termine el episodio que rodea al TLC nuestros empresarios habrán conocido una nueva realidad que no es la que aparece en los cocteles, las cenas adornadas de tiesura, las poses para el “social” y el encanto de reunirse con valores del mundo de los negocios. Desde luego, no habrán faltado caballeros de industria, y se habrán producido también algunos negocios al estilo Wentland.

Hay que destacar que estas reuniones de alto copete dejan un altísimo costo económico para el país, sin que reciba beneficio posible de ser valorizado. ¿Se establecieron en su oportunidad las metas adonde habríamos querido llegar? ¿Acaso se creó alguna unidad de medida para comparar el resultado? (Cuidado conque vayamos a tener igual resultado que en el concurso de Miss Universo...).

La conformación de la representación ecuatoriana desde el comienzo sufrió la exigencia política. (La Ministra de Comercio no aceptó –y el presidente Gutiérrez le aceptó– la imposición de que el jefe negociador de la delegación fuera un subalterno de ella, y que la línea de reporte no debía ser el Presidente de la República. Se produjo el cambio y al originalmente designado se le dio un cargo que por ahí estaba vacante, de aquellos que los gobiernos saben guardar para cuando se ven comprometidos. Grave error de autoridad y de administración).

Lo más importante que se debe esperar del cónclave es el factor multiplicador ante lo que se podría denominar la nueva política en la economía. En el pasado los tratados eran instrumentos que surgían después de una negociación en que ambas partes entregaban y recibían el justo beneficio. Pero... lo que se percibe que va a ocurrir es que  Estados Unidos, el país más poderoso del mundo con su economía y su fuerza militar, logrará la ventaja, sea como comprador o como vendedor.

Sus nuevas políticas serán reguladas a su conveniencia; pues quiere anticiparse a las políticas agresivas y estratégicas –que se las verá luego de finalizado el Tratado– para detener, particularmente en América Latina, los avances en los mercados que luchan China, la Unión Europea, India, y los países relativamente más pequeños que cederán ante las presiones de los más fuertes. ¿Acaso podrá ser esta política una nueva fuente de conflictos?

Todos los anteriores factores de largo plazo tienen que considerar los empresarios, inversionistas y gerentes en sus proyectos. Inclusive el sector financiero en el mundo cambiará sus corrientes tradicionales y verán nuevas oportunidades limpiando mucho de la práctica pasada. El cambio monetario en Cuba ya es ejemplo.

Las organizaciones navegan ahora en un mar de incertidumbre; de las cuales se podrá salir reconociendo que se vive en la era de la información y el conocimiento; que invertir y administrar no es igual a la época industrial.

Los tratados que vendrán luego del TLC y de la política globalizadora cambiarán la estructura de las empresas. La educación gerencial se enfatizará en áreas entonces necesarias como: conocimiento de los nuevos mercados y sus tendencias, la demografía, una nueva manera de pensar y planificar los negocios, otros sistemas de contabilidad a base de procesos y actividades (Drucker/Porter), la creatividad y métodos opcionales frente a las decisiones...