La victoria del presidente George W. Bush no augura cambios importantes en la política de Washington hacia América Latina, según expertos.

Debido a que su triunfo se logró sobre la creencia de los electores de que estaba mejor capacitado que el demócrata John Kerry para encarar el desafío internacional del terrorismo, este tema seguirá siendo la columna maestra de su política exterior, incluso en su trato con la región.

Se estima que continuará sus políticas duras hacia el Gobierno comunista de Cuba y no se espera que ofrezca mejores condiciones de vida a los inmigrantes, la mayoría latinos.

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Pero, la permanencia del gobernante republicano en la Casa Blanca es una garantía de continuidad de la ayuda a Colombia para la lucha contra el narcotráfico y los grupos armados, así como para la conclusión de las negociaciones para tratados de libre comercio con Colombia, Ecuador, Perú, Centroamérica y República Dominicana.

Además, aunque el segundo mandato de Bush podría caracterizarse por una concepción más abierta de sus relaciones internacionales, analistas estiman que perdurará la incomprensión y el alejamiento con Europa.

Gabinete
Bush seguramente aprovechará su reelección para hacer algunos cambios en su gabinete, aunque observando cierta continuidad dado que sus prioridades siguen siendo el combate al terrorismo y la guerra en Iraq.

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El principal cambio tendrá que ver con la diplomacia. Fuentes de la Casa Blanca señalan que se prevé que el secretario de Estado, Colin Powell, y la consejera del presidente en materia de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, dejen la Casa Blanca.

Para suceder a Powell se menciona a John Danforth, un cristiano conservador actual embajador estadounidense ante Naciones Unidas, En puestos técnicos, Robert Zoellick podría ser secretario de Comercio y Rudolph Giuliani, en el Departamento de Justicia.