Miles de familias visitaron ayer las tumbas de sus allegados para recordar el Día de los Difuntos.

Con misas campales, serenatas y oraciones, los guayaquileños recordaron ayer, ante la tumba de sus familiares y amigos, el Día de los fieles Difuntos.

Desde las 11h30 de ayer los cementerios general, Jardines de Esperanza, Ángel María Canals y Parque de la Paz lucieron copados por miles de personas, que acudieron con ramos de flores a visitar los sepulcros.

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El día fue aprovechado por los vendedores de comida y bebidas; por los pintores y guitarristas, que vieron incrementar sus ventas ayer. Pese al cierre de vías en el centro y suburbio de la ciudad, no se registraron inconvenientes en el tráfico.

Muestra masiva de fe

El olor a flores frescas invadía desde las 09h30 de ayer la extensa vereda que bordea el cementerio general, desde la calle Julián Coronel hasta la Pedro Menéndez Gilbert.

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Provenía de las bandejas multicolores y los quioscos azul y blanco que, al menos, 150 comerciantes instalaron en las afueras del camposanto para comercializar su producto en el Día de los Difuntos.

Rosas blancas y rojas, claveles, girasoles, artificiales y naturales, eran –según la vendedora Ericka Franco– las que más acogida tenían por cientos de personas que, en buses de transporte urbano o carros particulares, empezaban a llegar al cementerio.

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Las hermanas Ketty, Anabel y Cecilia Guerrero llegaron a las 10h00, con sus hijos y esposos, para visitar la tumba de su madre, Germania Mejía, quien falleció hace seis años. Luego de comprar un ramo de tres dólares en las afueras del camposanto y de pagar cuarenta centavos a Andrés Bastidas (14 años) para que lo coloque en el último bloque del cuerpo de bóveda, los cinco miembros de la familia se dispusieron a rezar. Con estampas y velas encendidas. Con la mirada perpleja y las manos juntas. Sentados frente al sepulcro, ubicado en la puerta uno del camposanto.

La historia se repetía veinte metros hacia arriba, al pie de las cruces deterioradas y semihundidas del cerro El Carmen. Eran las 11h00 y la familia Gaglay Tenorio ya oraba, en medio de montes y tierra removida, en la tumba de dos de sus miembros: Elton John y Alexandro, fallecidos hace ocho y seis años, respectivamente.

Con un rosario y plegarias, doña Teresa Tenorio, de 55 años; sus hijas Olga y Denisse y sus nietas Lady y Diana Gaglay rendían culto a sus familiares. Era el día en que podían hacerlo porque desde hace dos meses la inseguridad les impide visitar con periodicidad el cementerio. “Los domingos son peligrosos, una vez nos sacaron corriendo los ladrones”, dice Teresa Tenorio, mientras cuida que la vela encendida no se apague por el viento.

El episodio era similar en el cementerio Jardines de Esperanza. Familias enteras se apostaron sobre los lotes de césped, adornados con flores rojas, amarillas y violetas, para rezar y pasar la mañana junto a sus muertos. Lo hicieron con sillas plásticas, parasoles y hieleras, pese a que el sol no fue intenso ayer.

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Isabel Herrera, junto a sus hijas Janeth y Yuri Merchán, llegó con una carpa naranja hasta la tumba de su esposo Marcos Merchán. Es la costumbre de cada año: sentarse bajo la tolda, orar, conversar con la familia y almorzar. “Lo hacemos desde hace diez años, estamos hasta las tres o cuatro”, cuenta Janeth, quien acudió con su hijo Edwin.

Junto a ellas, Éber Barén, de 45 años, paseaba en medio de las tumbas, con su guitarra bajo al brazo, ofreciendo una melodía para recordar. Por cinco dólares tocaba tres canciones para que las familias evoquen a sus hijos, padres y madres que murieron.

Vino desde la cooperativa Pancho Jácome para ofrecer serenatas, que –dijo– hasta las 12h45 habían sido solicitadas por doce familias.

Como él, otros cinco guitarristas de las calles o de fiestas, se ubicaron en las bóvedas del cementerio Ángel María Canals, en el Suburbio de Guayaquil, para obtener ganancias extras ayer.

Las familias se inclinaron por la música, mientras encendían cirios o contrataban pintores para retocar sus tumbas por 5 o 10 dólares.

El negocio primó dentro y fuera del camposanto, donde se cerró la vía principal (calle F, desde Assad Bucaram hasta la 38) para alojar una improvisada feria, en la que se expendían desde fritada y seco de chivo hasta zapatos.

DIFUNTOS

Homenaje
El gobernador del Guayas, Efrén Roca, depositó a las 10h30 de ayer una ofrenda floral en la tumba del prócer José Joaquín de Olmedo, a quien se le considera el padre de la democracia del Ecuador. Arnulfo Ponce, asesor legal de la Gobernación, exaltó las cualidades de Olmedo y dio paso a los honores por parte de la Policía. Participaron la directora provincial de Educación, Nancy Gutiérrez; el Tnte. Crnel. de la Policía, Marcelo Zapata; y el mayor de la CTG, Armando Freire.

Tráfico
Aunque un tramo de la Av. Pedro Menéndez Gilbert y de la calle Julián Coronel se cerró para facilitar el acceso de las personas al cementerio, el tráfico vehicular fluyó sin inconvenientes y no se registraron incidentes.

Previsiones
Los vendedores de previsiones en los cementerios general y Jardines de Esperanza aprovecharon para ofrecer sus planes. En el primero se distribuyeron 25 asesores en cada puerta.