Teniendo como escenario natural la Escalinata del Barranco y  las orillas del río Tomebamba, los jóvenes cuencanos evocaron el sábado anterior la época republicana vestidos con trajes de esa época. 

En el sitio se instalaron carpas para la venta de comida típica: cuyes, colada morada con guaguas de pan, dulces de Corpus, que deleitaron a los visitantes.

Adornos y juguetes forjados en hierro por las manos fuertes de artesanos del barrio Las Herrerías y el torno de Iván Encalada, que juega con la arcilla para darle formas reales a la cerámica, despuntaban en el lugar.

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Allí se rememoraron inolvidables personajes reales que han hecho leyenda, como el Suco de la Guerra, Atacocos y María la Guagua, mientras los más pequeños conocieron su historia a través de teatreros.