Toda seductora que se respete debe tener una aventura con un francés, alcanza a decir Cristina (Pilar Punzano). Pronunciado como un comentario aleatorio en el filme Amor, curiosidad, prozak y dudas (España, 2000), consigue más que las imágenes posteriores de la sensual española desvistiendo a Willy (Guillaume Depardieu), el rubio marsellés.

La frase es una especie de corolario que en el auditorio produce risas a manera de sutiles murmullos. Los hombres lamentándose de no ser franceses, y las mujeres recordando, si por lo menos, conocen a algún francófono.

Esas risas en la sala, esa aproximación con los personajes es el mejor síntoma de que la cinta española enganchó fácilmente al público que asistió a la segunda sesión del festival Eurocine, en la sala Ocho y medio, en Quito. Este largometraje, a pesar de su nombre absurdo, tiene una solidez en la construcción de guión, que no deja ningún cabo suelto.
Cada actitud mostrada a través de imágenes (gritos, la dependencia del potente calmante prozak, devaneos amorosos), se resuelve con los diálogos.

Publicidad

Sin embargo, en esa lucha para que las cosas queden explicadas, se comete una demagogia: cada una de las protagonistas, hermanas tan disímiles que solo las une los recuerdos de la infancia, se estandariza en las actitudes propuestas en el guión.

Cristina es la seductora, trabaja en la barra de un bar, no habla de amor, practica el sexo deportivo y se cuadra un amorío con un francés que lee los clásicos rusos del siglo XIX y que tiene tatuado en su vientre al Principito de Antoine de Saint-Exupéry. Rosa (Rosa Mariscal) es la exitosa ejecutiva, no tiene vida personal. Y Ana (Silvia Marsó) es la madre de familia con una alta afición a los calmantes.

El hilo conductor de la narración tiene un por qué, Mikel, un personaje oscuro que apenas aparece en tres secuencias y que es interpretado por Nancho Novo. Es el primo que fue como el cuarto hermano del trío de niñas, el primer amor de todas.

Publicidad

Amor, curiosidad, prozak y dudas se exhibirá también en Guayaquil. Su estreno está previsto el 11 de noviembre próximo, a las 21h30, en el MAAC Cine. Pese a lo poco afortunado de su nombre, es una producción que vale la pena ver. Para reír y reflexionar que las niñas no pueden quedarse en manos de un tipo como Willy, alguien que encuentra el final de sus días con una sobredosis.