El temor en algunos sectores respecto al TLC (Tratado de Libre Comercio), es a veces justificado, pero vale reflexionar acerca del miedo injustificado. Este es reflejo de nuestro pobre nivel, en muchos aspectos.

Por ejemplo, es lamentable ver en ciertos almacenes cómo clientes son tratados con indiferencia, como una molestia para el vendedor o dueño; no se dan cuenta que el cliente es la razón de existir de sus negocios. Ahí se ve que el temor al TLC viene de nuestro pobre nivel o ningunas ganas por ser mejores.

Si eso sucede dentro del Ecuador, se entiende por qué nos da miedo competir externamente. Empecemos a hacer reforma mental; así demostraremos lo que seremos capaces de conseguir. Sugiero publicaciones periódicas de temas de desarrollo humano, calidad en el servicio, liderazgo...; pues, desde cualquier posición podemos contribuir al cambio de mentalidad, y qué mejor, los medios de comunicación.

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Carlos E. Araujo Mayorga
Guayaquil