Los médicos advirtieron  a Serginho, defensa del Sao Caetano, que dejara de jugar fútbol cuatro meses antes de que se desplomara y muriera en la cancha, informó ayer la prensa local.

En junio, cardiólogos le dijeron al jugador de 30 años, que murió el miércoles después de caer inconsciente a los 59 minutos de un partido por el campeonato brasileño, que su estilo de vida como atleta no era compatible con sus problemas de corazón.

 Un examen cardiaco efectuado en el Instituto de Cardiología de Sao Paulo sugirió que la vida de Serginho podría estar en riesgo si continuaba jugando.