El voto indirecto en la elección presidencial estadounidense, combinado al carácter reñido de la carrera hacia la Casa Blanca, hace posible la perspectiva de un empate el próximo 2 de noviembre, en  cuyo caso el resultado se conocerá en el 2005.
 
El colegio electoral, compuesto por delegados que se eligen el 2 de noviembre en cada estado así como en la capital federal, Washington, cuenta con 538 miembros o "grandes electores", pero si cada candidato reúne 269, se produciría una situación de bloqueo, sin mayoría para ninguno de los dos.
 
En ese caso, los mecanismos sucesivos para resolver el tema pueden insumir semanas, y que se llegue al día fijado de asunción sin presidente electo; lo que llevaría a un mandatario interino asumir la jefatura, según el orden constitucional de reemplazos. Podrían ser el secretario de Estado, Colin Powell, o, inclusive, el de Defensa, Donald Rumsfeld.
 
Los 538 grandes electores, elegidos por sufragio universal, deberán reflejar teóricamente el voto popular, pero 21 estados no tienen ley alguna que les obligue a respetar la decisión de los electores de su partido. Desde 1796, 10 grandes electores han votado contra su afiliación original.
 
Los eventuales litigios ligados a la elección en cada Estado deberán ser resueltos el 7 de diciembre a más tardar, porque los grandes electores tienen que votar el 13 de diciembre. Su decisión será anunciada el 6 de enero por el presidente del Senado renovado.
 
Si George W. Bush y John Kerry captan cada uno 269 votos -la mitad exacta de los grandes electores del Colegio-, la nueva Cámara de Representantes tendrá a su cargo designar al presidente.
 
Si existe un empate de "grandes electores", los representantes votan por su estado. Se precisan 26 votos de los estados para elegir al nuevo primer mandatario.
 
El Senado debe también tomar cartas para definir al vicepresidente, con una mayoría de dos tercios.
 
Pero si la Cámara no alcanza a elegir un presidente, el escenario se complica teniendo en cuenta además que el nuevo gobernante debe, según la Constitución, asumir funciones el 20 de enero a mediodía.
 
En esta hipótesis, el vicepresidente electo por el Senado -el republicano Dick Cheney o John Edwards- aseguraría el interinato. Pero si este organismo no pudo elegir al vicemandatario, el presidente de la Cámara de  Representantes, presumiblemente el republicano Dennis Hastert, será el  encargado de asumir la primera magistratura, aunque deberá para ello dimitir al Congreso.
 
Finalmente, en caso de rechazo, serían solicitados, en este orden: el secretario de Estado Collin Powell; el Secretario del Tesoro, John Snow; el de Defensa, Donald Rumsfeld; seguido del Fiscal General, John Ashcroft.