Pongamos en la balanza los pros y los contras. Se ha dicho que el objetivo principal del feriado es apoyar a la industria del turismo. Pudo ser así de habérselo planificado con tiempo, pero en este caso solo se lo conseguirá parcialmente por la improvisación con que se actuó. Muy pocas personas tienen la capacidad para realizar un viaje de descanso largo con tan pocas semanas de anticipación. La industria hotelera y del entretenimiento, a su vez, necesita de unos plazos mínimos para atender una oferta adicional como la que se supone que se promoverá estos días.

Del otro lado tenemos el perjuicio que se ocasionará a todos aquellos que dependen de procesos productivos. La gran industria o comercio tiene reservas para enfrentar la paralización de estos días, además de que le queda el recurso de descontar los días no trabajados por sus empleados, pero al mediano y pequeño productor, que dependen de sus ventas diarias, ese recurso no los compensará, por lo que en muchos casos simplemente no acatarán la disposición de no trabajar.

Descansar es un derecho de todos y aspiramos a que se lo haga respetar, pero no con fórmulas improvisadas que a veces solo tienen el objetivo de conseguir una pasajera popularidad.