Analizaba lo hiriente que es la gente para criticar o juzgar. Los criticones más severos generalmente están entre nuestros seres más cercanos, familia, amigos, compañeros de trabajo.

Muchas de las críticas negativas son producto de envidias, comportamiento no aprobado a nuestro estilo de vida, a frustraciones, o a la falta de educación. ¿Cómo superar las críticas negativas y transformarlas en positivas? Critiquemos mentalmente, no juzguemos verbalmente. Reflexionemos sobre lo que se quiere criticar, la importancia de la crítica, si realmente la tiene; si nos interesa resolver el problema o comportamiento de esa otra persona.

Tengamos claro lo que queremos cambiar en el comportamiento del criticado e identifiquemos si es posible el cambio. Consideremos si gozamos de credibilidad por parte del criticado, para realizar esa crítica, y si la hacemos en el lugar adecuado. Evaluemos lo que vamos a criticar, sino, mejor no lo hagamos.

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Al reflexionar sobre lo que se va a criticar, lo que quiero decir es que no se debe cuestionar todo lo que nos conversan, cuentan o vemos; es preciso analizar. Bien dice un proverbio: “Lo que nos mata, no es lo que entra en nuestra boca, sino lo que sale de ella”.

Recordemos que no podemos ser críticos de algo que no practicamos, y que una crítica sin alternativas de ayuda solo queda en un simple juzgar.

Julio O. Martínez Guerrero
Guayaquil