Quedó demostrado durante cinco días de lleno completo que duró el ciclo interdisciplinario, organizado por el Archivo Histórico del Guayas. Veinte investigadores, catedráticos y académicos plantearon temas plurales a un público calificado y altamente motivado. Cinco exitosas jornadas de opinión y discusión sobre la cultura urbana de Guayaquil, recibieron el apoyo del Banco Central, su Dirección Cultural y de Diario EL UNIVERSO, inmerso en la estimulación de proyectos destinados a estudiar, analizar y conocer nuestros problemas sociales.

Evento pionero en la ciudad y en el país, que convocó a especialistas en distintas disciplinas para reflexionar sobre la ciudad, su vida y su gente. La asistencia de un público interesado en comprender y conocer el proceso, demostró la debilidad del pensamiento en las ciencias sociales y la avidez que tiene una clase de alta intelectualidad, por interrogar y analizar el tema para superar el desconocimiento que la envuelve.

Quienes asumimos la responsabilidad de orientar estudios de esta índole, no podemos permitir que subsista la postergación y atraso que sufre la sociedad respecto de los cambios que imprime la regeneración urbana. Nos sentimos obligados a estimular y canalizar el desarrollo de un pensamiento social, pues nos arriesgamos a tener una ciudadanía precaria, de pensamiento social débil, ante una ciudad regenerada y modernizada aceleradamente. No comprender la gravedad del problema, y dejarlo a la buena de Dios, equivale a lo que ocurre con el delincuente que se escuda en el desconocimiento de la ley para justificar su acción.

Cultivar este campo que demanda atención urgente y fomentar agresivamente encuentros de opinión y debate, es obligación tanto de la empresa privada como de las instituciones académicas que tienen recursos humanos y económicos para ello. Sin embargo, los unos y los otros parecen mantenerse al margen y desentenderse de esta responsabilidad social. Quienes luchamos desde el Archivo Histórico del Guayas, pese a que nuestra actividad natural es la de un repositorio documental y bibliográfico, asumimos una participación cada vez mayor en el rescate de la historia y la valorización de las ciencias sociales, la educación y cultura guayaquileñas. Y por ser esta gestión pública y notoria, la ciudadanía, instituciones cívicas y académicas, cámaras de la producción, así lo reconocen. Sin embargo, parece que todos quisieran ser meros espectadores. Los empresarios en general, salvo muy pocas y honrosas excepciones, no se interesan por el desarrollo cultural y científico de Guayaquil.

Una definida política de servicio entregado a la ciudad, un significativo aporte a la cultura y civismo guayaquileños, conferencias, talleres, seminarios, publicaciones, etcétera, nos avalan. Sin embargo, más allá de reconocimientos jamás buscados, no hemos recibido de quienes están obligados, los soportes para luchar contra la ignorancia cívica y del pensamiento social que prima en nuestra ciudad. Asumir un papel activo como mecenas de lo científico-cultural es vital para reemplazar al Banco Central en la gran gestión que, pese a no ser de su competencia, cumple en nuestra ciudad. Guayaquil para superar los esfuerzos del centralismo por neutralizar su desarrollo creó sus propias instituciones de defensa; por la misma razón, es hora que empresarios e instituciones propicien la investigación social seria, para luchar frontalmente contra la debilidad del pensamiento científico-social que a todo nivel campea en nuestra sociedad.