¡La mayoría está con nosotros! Más de la mitad de los estadounidenses apoyan el aborto, quieren leyes ecológicas más fuertes, no quieren la venta de ametralladoras legalizada de nuevo, creen que la guerra es un error.

Queridos amigos: basta de quejarse. Basta de pesimismo. ¿Tengo que ir en persona a calmarlos? Córtenla con el derrotismo. Bush ya perdió, si nos dejamos de llorar y desesperarnos y temblar como cañitas. ¡Da vergüenza! Los republicanos se ríen. ¿Alguna vez los vieron llorar “ay, se acabó, estamos liquidados, Bush no puede ganar”? Para nada. Para ellos no termina hasta que el último voto fue contado. Nunca están liquidados, siguen moviéndose como los tiburones, que nunca duermen, siempre empujando, pateando, obstruyendo, mintiendo.

No dan respiro y por eso los admiramos en secreto, porque simplemente no se rinden nunca jamás. Apenas el 30% del país se define como republicano, pero los republicanos lo tienen todo: la Casa Blanca, las dos cámaras del Congreso, la Corte Suprema, la mayoría de las gobernaciones. ¿Cómo hicieron para tener todo eso si son una minoría? Es que se desayunan con vos, conmigo y con cada progre, y se pasan el resto del día arruinando el planeta.

Somos una banda de llorones. Bush rebota en las encuestas después de la convención republicana y uno diría que los nazis volvieron a ocupar Polonia. ¡Vienen los bushistas! ¡Vienen los bushistas! Sí, lo agarraron dormido a Kerry en alguna cosa. Sí, le encontraron la vuelta a Dan Rather y a varios medios. Y de pronto es como si ¡se acaba el mundo!, ¡se nos cae el cielo encima!

Pero no. Si vuelvo a escuchar a alguno diciéndome qué candidato flojo que es Kerry y cómo no va a ganar... caramba, por supuesto que es un candidato flojo: es un demócrata, por Dios. Ese partido es tan patético que hasta pierden las elecciones que ganan. ¿Qué esperaban? ¿A Bruce Springsteen en la fórmula? Bruce sería un presidente del carajo, pero los tipos como él nunca son candidatos, como no serías vos ni sería yo. Los tipos como Kerry son candidatos.

Y por supuesto que cualquiera de nosotros haría una campaña mejor, más inteligente, más dura. Por supuesto que le hubiéramos tapado la boca a todos. Pero no somos nosotros los que somos candidatos, es Kerry. O sea que basta de quejas y a trabajar con lo que hay. Oprah acaba de regalarle a 300 mujeres un Pontiac. ¿Las vieron quejarse y rezongar “Oh Dios, no un horrible Pontiac”? Claro que no, estaban felices. Los Pontiac tenían cuatro ruedas, un motor y un acelerador. ¿Quieren más que eso?, lo siento, no puedo hacer nada. Una vez tuve un Pontiac y me duró un año. Y fue un muy buen año.

Hagamos un balance de la realidad:

1. No hagan caso a las encuestas, están mal, están por todas partes como la diarrea. Varían todo el tiempo, algunas le dan ventaja a Bush, otras los dan empatados. Hay tres razones por las que las encuestas son “merde”: Primero, que se hacen entre gente “que puede presentarse a votar”. Lo que quiere decir que ya votaron en varias elecciones. O sea que quedan afuera los jóvenes que pueden votar por primera vez y los que nunca votan pero definitivamente van a votar en esta elección. Segundo, las encuestas no tocan a gente que tiene un celular como primer o único teléfono. Nuevamente, eso significa en este país que no llegan a los jóvenes.

Finalmente, la mayoría de las encuestadoras llaman a una mayoría de republicanos, como reveló John Zogby. Los engañan si les creen a las encuestas.

2. Kerry aceptó al equipo de campaña de Clinton. En lugar de dejarlos afuera, como hizo Gore, Kerry decidió no repetir el error.

3. En mis viajes por el país percibo que hay un malestar del carajo. Mucho de eso no aparece en los medios de prensa, pero está ahí y es real. Que no los engañen esas manifestaciones de blancos enojados que arma Bush. ¡Apaguen la tele!

4. Quedó instalado que si la elección se define por el 9/11 (el miedo al terrorismo) Bush ya ganó, y que si se decide por lo que está haciendo en Iraq, Bush ya perdió. Y ya se habrán dado cuenta que lo que está haciendo está en ese círculo del infierno que solíamos llamar Vietnam. No hay salida, es la madre de los pantanos y la pila de ataúdes solo va a crecer. Más allá de que Kerry votó por la guerra, no es él el que está mandando a esos pibes a la muerte, y la gente común lo sabe. Si Bush se hubiera molestado en presentarse cuando estaba en el cuartel, tal vez tendría alguna noción de cómo reconocer una guerra inmoral que no puede ganarse. Todo lo que le dio a Iraq fue ese pavo de plástico. Es este fracaso monumental lo que va a dejar como un pavo en noviembre.

O sea, a no desesperar. No terminó. Ni por asomo. Los de Bush necesitan que creamos que se acabó. Necesitan que ustedes se hundan en el sillón, con acidez por pensar en cuatro años más de George W. Bush. Necesitan que ustedes deseen no tener un candidato que hace windsurf y que no fue tan inteligente como ustedes cuando supieron que Bush mentía sobre las armas de destrucción masiva y sobre Saddam involucrado en el 9/11. Es como si los hipnotizaran: “Kerry votó por la guerra. Kerry votó por la guerra. Kerrrryyy voootooó pooor laaa gueueeeeerraaa”.

Sí, sí, sí. Votó, votó. No podemos negarlo. Lo que necesitamos es dormir, dormir, dooormiiir.

¡Despierten! ¡La mayoría está con nosotros! Más de la mitad de los estadounidenses apoyan el aborto, quieren leyes ecológicas más fuertes, no quieren la venta de ametralladoras legalizada de nuevo, creen que la guerra es un error. Ni siquiera hace falta convencerlos de todo eso, solo hay que darles un rayo de esperanza e ir a votar.

¿Pueden hacerlo? ¿Van a hacerlo?

Háganlo por mí, ¿sí? Aguanten. Casi tenemos el país de vuelta en nuestras manos.
Ni una palabra de desaliento hasta el 3 de noviembre. Después se pueden quejar todo lo que quieran sobre cómo les gustaría que Kerry fuera todavía el pibe de pelo largo que alguna vez tuvo el coraje de sus ideas. Personalmente, todavía creo que ese pibe lo tiene adentro. En lugar de rechinar los dientes y quejarse, hay que darle la mano a ese soldado / pacifista interior para que salga y derrote a las fuerzas del mal que enfrentamos con desesperación.

¿Tenemos opción?