La oposición ultranacionalista amenaza con romper la alianza y pide convocar un referendo.

La victoria del primer ministro Ariel Sharón en el Parlamento israelí o Kneset con su plan para evacuar el territorio palestino de Gaza y 21 asentamientos judíos de esa zona y de otros cuatro en Cisjordania amenaza ahora la integridad de su frágil coalición de gobierno.

Los opositores, entre ellos varios ministros de Estado, y decenas de legisladores de la coalición que votaron en contra, esperaban ayer convencer a Sharón para que a pesar de su victoria parlamentaria someta su iniciativa a un referendo.

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Para la derecha nacionalista, que agita el fantasma de una guerra civil, la consulta es necesaria para “evitar una escisión en el pueblo”. Los que apoyaron el plan de Sharón desde la oposición, piensan que el plebiscito es “un pretexto para aplazar e impedir finalmente su aplicación”.

Palestinos condicionan
La Autoridad Nacional Palestina indicó que está lista para asumir su responsabilidad en la franja de Gaza en caso de retirada israelí, pero estimó que ese retiro “debe formar parte de la hoja de ruta (plan de paz para la región propuesto por EE.UU., la Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas) y acompañarse de una salida israelí de Cisjordania”.

La hoja de ruta, un plan internacional para solucionar el conflicto israelo-palestino, prevé la creación de un Estado palestino independiente en Cisjordania y la franja de Gaza antes del fin del 2005.

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El plan de Sharón prevé la retirada de las fuerzas israelíes de la franja de Gaza y la evacuación de los 8.000 colonos judíos residentes en ese territorio, así como también de otros cuatro asentamientos aislados en el norte de Cisjordania.

El calendario fijado por Sharón prevé que esta operación de retirada termine a fines del 2005.

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Sin embargo, el plan del primer ministro hebreo permite a Israel mantener su control sobre los puntos de pasaje en la franja de Gaza, su espacio aéreo y sus aguas territoriales, al igual que en el corredor de Filadelfia.