En su segunda gran aparición televisiva del mes, al Presidente no le fue tan bien como en la primera. Al pobre se le perdieron los datos. Había llevado un gran fajo de carpetas amarillas, pero no pudo hallar en ellas, por más que buscó y buscó, las cifras que le pedían sus interlocutores.

Pensar que el pasado 3 de octubre, con esas mismas carpetas, se había lucido ante los obsequiosos periodistas que lo entrevistaron para Gamavisión y TC Televisión. Claro que, como Presidente en plena campaña electoral y ambos canales en plena campaña mediática, esa entrevista estaba demasiado contaminada para tomársela en serio. Los periodistas se esmeraron en complacer al mandatario y este dijo cuanto quiso. Y lo que no sabía, se inventaba.

La noche del lunes, en Teleamazonas, Lucio Gutiérrez intentó repetir el número del administrador eficiente con todas sus carpetas, pero no pudo. En esta ocasión se topó con entrevistadores que sí estaban haciendo periodismo, lo que quiere decir que sometieron sus palabras a un elemental proceso de verificación (cosa que no se molestaron en hacer los anfitriones de la entrevista anterior).

Publicidad

Bastó con raspar un poquito en la superficie de esa pirámide de carpetas amarillas para que todo se viniera abajo. La noche del lunes, quedó demostrado que el discurso mediático del gobierno sobre el crecimiento de la economía es falto de rigor y no resiste el menor análisis.

“Los datos, los datos, eh... los datos exactos...”. El Presidente busca una salida urgente, dirige una mirada más bien perezosa a un montón de carpetas, que reposan sobre una mesita junto a su sillón, y toma una al azar. “Tengo los datos, los datos generales”, añade, como dudando, y vuelve a depositar nerviosamente la carpeta en la mesita. La verdad es que no tiene los datos. Nunca los tuvo. Solo había que hacer un poco de periodismo para darse cuenta.