El brasileño Ronaldinho y el camerunés Samuel Etoo tuvieron suficiente con tres minutos al final de la primera parte para resolver ayer para el Barcelona (3-0) un partido ante Osasuna que pintaba mal ante la espesura de ideas del equipo azulgrana y el planteamiento del conjunto navarro.

Etoo abrió la lata en el minuto 41 con un gol, tras recibir un muy buen pase precisamente de Ronaldinho y, mientras el balón botaba, empalmar con su izquierda un difícil  e inapelable remate desde el borde del área ante el que nada pudo hacer el guardameta Ricardo Sanzol.

Y el propio Ronaldinho se encargó de provocar y transformar en el minuto 44 en el segundo gol un penalti, aunque bastante dudoso, cometido por Patxi Puñal cuando intentaba evitar que el brasileño controlase un balón peligroso dentro del área.

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Con el 2-0 en el marcador, la segunda parte no tuvo ninguna historia, hasta que en el minuto 93, Etoo logró el tercer y definitivo tanto, que le convierte en el máximo goleador en solitario de la Liga, con siete tantos en ocho partidos.

La victoria de ayer permite al Barcelona consolidarse todavía como un líder más sólido de la Liga, con 22 puntos sumados de los 24 posibles, después de haber cedido únicamente un empate (en campo del Atlético de Madrid) en los ocho partidos disputados.

La octava jornada ha sido, además, redonda para los catalanes, que han abierto importantes distancias respecto a sus principales perseguidores (el Valencia está a ocho puntos, el Atlético y el Real Madrid a nueve y el Deportivo a diez), excepto ante un Sevilla que todavía aguanta a cinco puntos de diferencia.

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El juego de ayer  comenzó mal para el Barcelona, que se encontró a un equipo bien plantado, que insistía en  darle un susto a su rival. Pero los locales aprovecharon con efectividad los  contraataques.