Conseguir un boleto para observar las Grandes Ligas es
una odisea.

Con una temperatura de 10 grados centígrados y ante 35.035 fanáticos se  escuchó la voz tradicional de “play ball” en la Serie Mundial de las Grandes Ligas entre los Medias Rojas, de Boston, y Cardenales, de San Luis,  cuando los relojes marcaban  las 19h09 de Ecuador, el pasado sábado.

El primer  lanzamiento fue un  strike contra el colombiano Édgar Rentería, de los Cardenales, que luego fue ponchado.

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La ceremonia del primer lanzamiento la efectuó Carl Yastrzemski, triunfador de la triple corona de bateo. Pero el jugador más connotado de Boston fue Ted Williams, quien obtuvo siete títulos de mejor bateador.

Una gran bandera de la nación cubrió la cancha  mientras se cantaba  el himno de los Estados Unidos y al final pasaron  cuatro  aviones de guerra que levantaron  más las emociones de los asistentes.

La Serie Mundial es el tema de la semana, además de las elecciones. Conseguir un  boleto para entrar al estadio  de Houston es una odisea.  Los fanáticos durmieron  fuera  del  estadio en tiendas de campamentos y  sillas playeras.
En los diarios se promocionan la compra y venta de boletos con cifras que llegan hasta los 3.000 dólares.

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Los aficionados empezaron a ingresar al estadio desde las 12h00 cuando el juego estaba programado para las 20h00.
La misma hora que hicieron los periodistas para   recoger una tarjeta de acreditación.

Ya en el partido, el bateador  dominicano David Ortiz hizo un cuadrangular para los Medias Rojas, que al final fue determinante y  ganó 11-9 a   los Cardenales de San Luis.

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La acción de  Ortiz produjo tres carreras en la primera entrada y se convirtió en el vigésimo octavo pelotero en cien años que conecta algo similar   en su primer turno al bate en la Serie Mundial.

A Ortiz le dicen  Big Papi por su carisma y recibió los aplausos desde las tribunas. La euforia por su desempeño levantó el espíritu en los hinchas.

Ortiz sumó 19 carreras remolcadas en la segunda temporada para igualar el récord del boricua Sandy Alomar Jr., (1997) y Scott Spiezio en el 2002.

El juego tuvo a dos colombianos frente a frente. El uno es   Orlando Cabrera, que   anotó dos carreras e impulsó otra a favor de  los Medias Rojas. El otro es Édgar Rentería, de 29 años, por los Cardenales.

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Los dos colombianos   han ganado guantes de oro a la excelencia defensiva en su carrera por sus países y en el béisbol estadounidense.

Los bates

ATRACCIÓN
Boston se ha convertido en la capital del béisbol. La ciudad ha sido adornada en los lugares públicos con banderas, carteles, banderas y anuncios que demuestran la alegría que están viviendo.

Seguridad
Como una ciudad de orígenes ingleses, también han habido excesos que han sido controlados por la Policía. Anteayer hubo un minuto de silencio por la muerte de la aficionada Victoria Snelgrove, en un confuso incidente, la semana pasada.

GALA
La noche del viernes los Medias Rojas ofrecieron una gala de lujo a la que asistió lo más selecto y distinguido de la ciudad. Alfombra roja, luces, glamour y hermosas attachés, en la biblioteca John  F. Kennedy.

Asistentes
Entre los invitados estuvo el ecuatoriano Jaime Jarrín, quien es narrador en español para la cadena ESPN en Estados Unidos.

Opciones
Los analistas señalan que los Cardenales tienen buena defensa y un fuerte  ataque. En cambio los Medias Rojas juegan más con la inspiración de sus jugadores.