Al menos 49 reclutas del Ejército iraquí fueron masacrados en una emboscada tendida al norte de Bagdad en la noche del sábado, en uno de los atentados más sangrientos contra las renovadas Fuerzas Armadas de Iraq.

El ataque es otro revés para los esfuerzos del gobierno interino para desplegar sus propias fuerzas de seguridad en Iraq capaces de manejar una feroz insurgencia que las tropas lideradas por EE.UU. no han podido controlar.

Los cadáveres de 37 nuevos reclutas muertos a balazos, algunos de ellos  con las manos atadas y con un disparo en la cabeza fueron hallados al borde de la ruta. Los cuerpos de otros doce se encontraban en un minibús incendiado a unos metros de ese lugar,  declaró el portavoz del Ministerio del Interior iraquí,  coronel Adnan Abdel Rahman.

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Los reclutas eran oriundos del sur de Iraq y la mayoría de confesión chiita, informó el ministerio.