Tiene 8 años y está separada de sus padres desde hace dos, cuando ambos decidieron emigrar, primero a España y luego a Inglaterra, en busca de trabajo.
La niña no puede reunirse con ellos mientras no legalicen su estadía en Londres.

Antes de emigrar, la pareja,  cuyos nombres se mantienen en reserva, intentó en varias ocasiones conseguir empleo estable, pues se mantenían con trabajos temporales, pero no lo consiguieron.

Primero emigró el padre de familia a España y por consejo de una prima decidió trasladarse a Inglaterra, para lo cual obtuvo una identidad española falsa. Debido a que en menos de tres meses enfermó, su esposa viajó a encontrarse con él y siguió el mismo proceso con sus documentos.

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En el rincón de su dormitorio color rosa pastel, la niña, quien cursa el tercer año de educación básica, está consciente de la estadía clandestina de sus padres –a quienes llama por sus nombres verdaderos y los falsos– pero sufre ante la imposibilidad de viajar para reunirse con ellos.

La abuela de la menor relata que su yerno consiguió un empleo como lavador de vajillas en un restaurante, en el cual obtuvo un ascenso a asistente de chef y percibe un sueldo de 2.500 dólares mensuales, mientras su hija, trabaja en una empresa que ofrece servicios de limpieza, donde le pagan 2.000 dólares al mes, con jornadas de 14 o 15 horas diarias.

Según la abuela, en la empresa donde trabaja su hija hay más ecuatorianos y otros latinos que también ingresaron por ese medio ilegal o con nacionalidad boliviana.

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Agrega que con la nueva identidad su hija se afilió al seguro social, recibe todos los beneficios como un trabajador londinense y obtuvo un permiso de trabajo hasta el 2005.

La pareja intenta aprovechar el tiempo de ese permiso para trabajar y terminar las ampliaciones en su vivienda, ubicada al sur de la ciudad, comprar un vehículo e instalar un negocio que les permita subsistir luego de su retorno.

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Para no ser descubiertos, evitan transitar por las calles y lugares públicos de Londres, y además enviaron a Ecuador sus documentos originales para que no los identifiquen.

Cuando se cumpla el plazo del permiso de trabajo y ellos quieran regresar, tendrán que ir a España –adonde previamente su familia les enviará sus documentos originales– deshacerse de sus identidades falsas y regresar como ecuatorianos, explica la abuela.

Pero hasta que ese momento llegue, la abuela continuará con el cuidado de la niña en sus horas libres,  pues  trabaja como contadora en una oficina de 09h00 a 18h00, de lunes a viernes y los sábados hasta las 16h00. Mientras ella labora  su madre -y bisabuela de la niña- se encarga del cuidado.

 

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