El Gobierno proclama con mucha viveza criolla la capitalización del Banco de Fomento en $ 240 millones, haciendo propaganda en los medios y concediendo simbólicamente préstamos que presuntamente nunca llegan al agricultor.

Para capitalizar ese Banco hay que cambiar su estructura orgánico-funcional. Si este tiene decenas de año de creado para el desarrollo agrícola del país y a la fecha el sector está en ruinas, es fácil deducir que su accionar es negativo.

Para rehabilitarlo, que se ponga atención a su cartera, que mantiene al margen de la producción agrícola a miles de agricultores morosos, por la pésima administración en la forma de concesión, plazos...

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Sugiero el cambio de supervisores por oficiales de crédito, con cupos operativos y responsabilidad de recuperación del préstamo que conceden; se suprima la cuenta única manejada (no sé si haya cambiado) a su antojo por la matriz y que esta controle el destino del dinero de las cuentas corrientes de sucursales con estrictas auditorías; que se dé la abolición del comité de crédito; y que exista perenne coordinación del BNF con entes afines como Ministerio de Agricultura, para que dé asistencia técnica.

César A. Falconí Castillo
Guayaqui