En los medios de comunicación, al referirse a esta ciudad, se lee o escucha “el Gran Guayaquil”, es que la urbe desde hace años pasó a convertirse en pujante metrópoli.

Es hora de que esta concepción adquiera un marco jurídico adecuado conforme a su verdad; nuestra Constitución lo permite y la realidad lo impone. El Gran Guayaquil no solo se asienta en el cantón del mismo nombre; su grandeza se extiende a varios cantones vecinos.

Habrá que acudir a los pueblos y dignatarios de estos, para que participen en su formación y en su Concejo Metropolitano. Luego será el Congreso el que decida, aprobando este sentimiento colectivo y transformándolo en ley.

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El Gran Guayaquil, además de sus parroquias urbanas y rurales como Posorja, debe integrar a Durán, isla Santay, Samborondón, zona de Daule vecina a La Aurora y a la vía Perimetral; Nobol y toda el área de Daular hasta Cerecita; y el cantón Playas.

¿A quiénes corresponde ejecutar esta iniciativa? A  todos los que vivimos en el Gran Guayaquil, hayamos o no nacido en este bendito suelo. ¿Quién nos debe liderar? Nuestro Concejo, directamente, o dirigiendo a las fuerzas cívicas de ciudadanos.

Este propósito, además de  causas muy objetivas, tiene una razón histórica y percepción lógica del porvenir. El 26 de julio de 1822, nuestra ciudad fue escogida por los Libertadores Bolívar y San Martín para definir la consecución de la Independencia del continente. Debemos honrar aquello, y la mejor forma es preparar a nuestro Gran Guayaquil para la celebración del bicentenario de esa fecha, amén del recordatorio del bicentenario del 9 de Octubre de 1820, fecha de nuestra Independencia.

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También hay una percepción de nuestro porvenir que se basa en la historia, en nuestra condición política, situación geográfica, acelerado desarrollo y deseo de los guayaquileños de ser más grandes.

Nuestro objetivo futuro será que se declare al Gran Guayaquil, como capital de la Integración Sudamericana. Esta promoción correctamente realizada por el Estado, a través de todas sus instituciones, dará frutos en la Comunidad Andina, y por el ejemplo de los Libertadores en Sudamérica entera. Ese debe ser nuestro objetivo.

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Bernardo Morán Ramírez
Guayaquil