Desde hace algún tiempo hemos venido insistiendo en que el Registro Civil necesita cambios fundamentales en tres áreas específicas:

Acabar con la corrupción: para lo cual hace falta mejorar las remuneraciones y exigirle más a funcionarios y empleados, complacientes muchos de ellos con los grupos de tramitadores y con la extorsión a los usuarios.

Tecnificar y mejorar equipos: para agilitar trámites y procesos, para evitar largas colas y para rescatar un archivo histórico de extraordinario valor que por ahora se está destruyendo lentamente.

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Descentralizar: puesto que no hay motivo para que los trámites se concentren en un solo lugar en Guayaquil, mucho menos fuera de esta ciudad. Las pocas experiencias de descentralización han demostrado su utilidad por lo que habría que profundizar esa orientación.

Restaurar físicamente el edificio es urgente, así que vigilaremos el cumplimiento de la oferta que se ha hecho; pero no por eso dejaremos de aguardar por lo importante: la verdadera y definitiva modernización del Registro Civil.