El tren directo
Para viajar en tren directo a Huigra, Riobamba o Quito había que madrugar. Muchas veces, desde nuestro barrio, tuvimos que tomar las maletas y caminar varias cuadras para  encontrar un taxi a esas horas.

A las cinco de la mañana, desde el viejo Muelle de los Ferrocarriles del Estado, que nos parecía grandote y largo como una pena, salía la lancha para Durán. El transbordo tenía sus bemoles. Muchas ocasiones los cargadores de maletas desaparecían con todo. Pero los necesitábamos.

En Durán se acercaban los vendedores de café con leche, seco de chivo y seco de gallina. Había vagones de primera y vagones de segunda.

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A las seis de la mañana, nos despedíamos. Poco a poco iba desapareciendo la estación y el pueblo de Durán que, para entonces, era minúsculo y pobre.

Lo que más nos llamaba la atención era la Nariz del Diablo, obra realmente maravillosa de la ingeniería de comienzos de siglo (XX). Desde arriba, cuando ya se había subido la gran montaña, se veía a Sibambe con sus casitas parecidas a cajas de fósforo, recostada junto al río blanco y cantarino, que se desbordaba a cada momento.

A las once de la noche, después de un viaje agotador, llegábamos a Quito.

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Tomado del libro Crónicas
 y canciones del Guayaquil que se fue, por el padre Hugo Vázquez y Almazán.

Actividades octubrina

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HOY
08h30.
Exposición de reliquias y documentos de la época de la independencia, en el hall  de la Biblioteca Municipal.

18h00. VIII Festival Internacional de la danza y homenaje a Guayaquil por parte de las colonias extranjeras. El acto será en el teatro José de la Cuadra.

19h00. Tropifarra  en el bloque 3 de Bastión Popular.