El presidente estadounidense George W. Bush llamó este sábado al Congreso a aprobar la reforma de los servicios de inteligencia antes del fin de su mandato, en momentos en que el Senado y la Cámara baja no logran conciliar sus posturas y elaborar un texto común al respecto.
 
"Llamo al Congreso a actuar rápidamente para que yo pueda promulgar esas  reformas", afirmó Bush en su alocución radial semanal, en la que destacó la  necesidad de crear el puesto de super-jefe de la lucha antiterrorista dotado de  "amplia autoridad", incluso presupuestal, sobre la vasta nebulosa de organizaciones de inteligencia estadounidenses.
 
La reforma del sector de inteligencia a causa de su incapacidad de impedir  los ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001 y sus errores al evaluar la  amenaza que representaba el régimen iraquí, fue recomendada en julio por una  comisión investigadora independiente.
 
A comienzos de octubre, poco antes de la suspensión de los trabajos  parlamentarios, tanto el Senado como la Cámara de Representantes aprobaron  sendos planes de reforma que difieren en varios puntos y deberán ser  armonizados para lograr un único texto.
 
Una comisión de congresistas de ambas cámaras comenzó el pasado miércoles a  negociar la unificación de los textos, sin haber logrado hasta ahora superar  todos los desacuerdos.
 
El viernes, los demócratas expresaron el temor de que no pueda alcanzarse  un acuerdo antes de las elecciones presidenciales y legislativas del 2 de  noviembre.
 
"Me temo que tras las elecciones no tendremos la misma motivación" para  concluir la reforma, declaró la demócrata Jane Harman, número dos de la  comisión de inteligencia de la Cámara de Representantes, durante una  conferencia de prensa.