El tifón Tokage se alejó ayer de las costas de Japón convertido en el más cruel de los últimos 25 años, tras dejar una devastadora estela con al menos 90 muertos y desaparecidos, más de 300 heridos y cuantiosos daños materiales.

Para encontrar un tifón más dañino hay que remontarse a octubre 1979, cuando murieron o desaparecieron 115 personas.

Vientos de 225 kilómetros y las lluvias torrenciales, riadas, aludes de tierra y olas gigantes desatadas a su paso afectaron al sur y al oeste del país durante 48 horas, perturbando el tráfico por carretera, ferroviario y aéreo.

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El Tokage, palabra japonesa que alude a la constelación Lacerta o Lagarto, se perdió ayer en el océano Pacífico convertido en tormenta tropical.

Japón ha sufrido este año los efectos de 23 tifones y los meteorólogos han explicado que esta cantidad inusitada, que ha dejado este año más de un centenar de muertos, se origina en los cambios climáticos que provocan la elevación de la temperatura normal de las aguas del sur del Océano Pacífico.