El pasado domingo 17 de octubre fui vocal del registro 40 de la parroquia Rocafuerte. En cuanto a las elecciones pluripersonales, en ese registro y en los que compartían el aula del colegio Ana Paredes de Alfaro, la observación del voto dominante en plancha lleva a la conclusión de que no se vota necesariamente por personas, sino por números. Tanto es así, que varios partidos a su simbología y nombre le han agregado el número, que pasa a ser lo más destacable.

La forma de presentación de las papeletas era insinuante, los dobleces permitían destacar los números 3, 5, 6 y 7, había que abrir el pliego para encontrar los otros números. El hecho de que en la papeleta aparezca la raya horizontal junto al número de la lista, bastante arriba de los nombres de los candidatos, constituye otra insinuación del voto por lista completa y no por personas.

En esas condiciones, las papeletas fueron los espacios preparados para el éxito de la campaña de las fuerzas políticas “vota todo” o “raya todo”, que despersonaliza la elección, para privilegiar el número de la lista.

Cuando el pueblo ecuatoriano, en la consulta de 1997, decidió que se escojan personas en las pluripersonales, aquello se suponía pasaba a ser una forma de votar diferente de la de listas, que era lo que se cuestionaba, pero desde la elección de la Asamblea de ese mismo año, se distorsionó el sistema, permitiendo el voto por listas. Entonces, reclamé, pero la correlación de fuerzas en el Tribunal Constitucional no permitió rectificar lo que se estaba torciendo.

En las elecciones legislativas de 1998, para diputados nacionales, se votó por lista, y para los provinciales se mantuvo el supuesto sistema por personas, pero distorsionado.

En el Ecuador, las papeletas pluripersonales con cerca o más de cien nombres, colocados por listas identificadas por números, terminan siendo una forma de agresión de la que las personas se defienden por las vías más simples: anulándolas, votando en blanco o en plancha.

En otros países, en que hay votos personalizados en elecciones pluripersonales, la presentación es en orden alfabético, con foto y con indicación de partido político de cada candidato. Entonces, sí se escoge por persona.

En el registro del que fui vocal, de 129 votos, para consejeros provinciales, solo 15 papeletas (12%) eran de votos personalizados, 26 papeletas (20%) estaban nulas o en blanco; y, la diferencia (68%) fue por planchas. En los otros registros que compartían el aula, los porcentajes eran similares. No se diga que los electores de cualquier plancha, identificaron uno por uno a los que integraban la respectiva lista. Es una falacia decir, entonces, que en el voto por plancha hay un sufragio personalizado.

¿Por qué no pensar en un sistema mixto? Los que quieran que voten en plancha y otros personalizados, estableciendo participaciones, en las pluripersonales, para unos y otros.

Por ejemplo, si de doscientos mil votos, por lista completa sufragan 180.000, el 90%, de diez escaños, en el ejemplo, se asignan nueve para listas completas y uno para los que votaron escogiendo nombres, beneficiando al más votado. Entre las listas, se aplicaría uno de los sistemas que garanticen el derecho de las minorías.