Hidroaviones en el río Guayas
Por los años 1928 y 1929, en adelante, y hasta finales de la década de los 30 del siglo pasado, muchos hidroplanos acuatizaron en nuestro puerto. Estos eran aparatos con flotadores para poder asentarse sobre el agua y deslizarse en contacto con su superficie en el descenso.

En agosto de 1928, el hidroavión Boyacá se posó en plena marea en el río, para después despegar y llevar correspondencia a otros puertos ecuatorianos como Manta y Bahía, para luego dirigirse a Colombia.

Las compañías Panagra y la colombo-alemana Scadta fueron las auspiciadoras de este nuevo servicio al sur de la costa del Pacífico. El hidroavión Atlántico, en enero de 1929, transportó unos pocos pasajeros  y correo al puerto peruano de Paita.

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El mismo año 1929 sobrevoló Guayaquil un hidroplano de la Peruvian Airways Co., que descendió en las aguas del  Guayas. Hubo también por esta época un hidroplano de nombre Quito. Los escasos pasajeros y los tripulantes se embarcaban y desembarcaban de los aparatos mediante la ayuda de una lancha.

Por julio de 1929 desde Talara (sur del continente)  llegó a nuestra urbe el avión anfibio Loenig, de la Pan American Grace Airways Co., con tres pasajeros extranjeros.

Hasta más o menos el año 1937, Guayaquil tenía aproximadamente 140 habitantes y arribaron aparatos anfibios de Panagra.

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De Reencuentros con el pasado, por Hugo Delgado Cepeda, periodista y educador.