La primera promesa que ayer hizo Nicolás Lapentti, que hasta el cierre de esta edición lideraba el conteo oficial de votos para ser reelecto como Prefecto del Guayas, fue que no subirá el precio de los peajes en la provincia.

Lapentti, además, aseguró que seguirá con la construcción de caminos vecinales y ofreció incrementar las obras de vialidad a las que calificó como las mejores del país.

La jornada de Lapentti comenzó a las 08h00 en el colegio Francisco de Orellana, adonde fue a sufragar. Se lo notó triste y conmovido aún por el fallecimiento de su cuñado Eduardo Gómez Buenaventura, ocurrido hace cinco días.

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Solo sonrió para saludar a sus simpatizantes, quienes lo recibieron con pancartas y consignas a su favor, y para atender las preguntas de los periodistas sobre sus doce años en la prefectura. Lapentti se mostró muy seguro de ganar las elecciones pero su expresión cambió cuando dijo que “la partida de mi cuñado ha sido muy dura para mi familia.
Tuve que parar un poco en la campaña política y estar junto a los míos”.

Su esposa, María Cecilia, sostuvo su mano durante el recorrido por ese centro educativo hasta llegar a la mesa 325. Lo acompañaron Pascual del Cioppo, diputado y presidente nacional del PSC; Soledad Diab, candidata a consejera del Guayas; su equipo de seguridad y seguidores.

Antes de depositar su voto, mostró las papeletas “para que vean que rayé todo seis”. Posó para las fotos, bebió una botella con agua y enseguida salió del recinto electoral para encontrarse, a las 09h30, con Jaime Nebot, quien también buscaba la reelección a la Alcaldía de Guayaquil, en el colegio Simón Bolívar.

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En ese recinto electoral, las dificultades para el ingreso y el número de simpatizantes que acudió a saludarlo aumentaron. Entre los empujones, Lapentti se dio tiempo para agradecer el apoyo de los guayasenses a su gestión y para dar algunas sugerencias que facilitaran el acceso de personas a las mesas electorales, mientras Nebot se convirtió en el centro de atención de los medios de información. Veinte minutos después, ambos salieron del colegio y se despidieron.

Soledad Diab no quiso perder de vista a Lapentti y le pidió que también la acompañara hasta su recinto electoral. Él respondió que primero pasaría por el colegio Nueve de Octubre, lugar donde sufragó Jaime Nogales.

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Al ingreso de Lapentti al colegio, las barras continuaron gritando consignas a su favor, en ese momento se acercó un oficial de la Marina y solicitó al candidato que pida silencio a sus simpatizantes. Lapentti accedió y esperó hasta que Nogales sufragara. Durante la espera recibió cuatro llamadas a su teléfono celular, en cada una de ellas él preguntaba si luego del tiempo previsto para el sufragio se haría el exit poll y cómo iban las encuestas.

Cuando Nogales concluyó la diligencia y el grupo socialcristiano se dispuso a abandonar el recinto, el ciudadano Luis Morán, oriundo de Quevedo, solicitó a Lapentti que le ayudara a que las autoridades del TEG encontraran la mesa donde le correspondía sufragar “porque todo este proceso es un lío”.

Lapentti lo acercó a una mesa de información y salió del colegio, para posteriormente cumplir con el último compromiso de la mañana: acompañar al diputado del PSC y líder del partido, León Febres-Cordero. Luego fue a su casa.

 

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