Intensos combates se desarrollan desde ayer en la ciudad iraquí de Faluja, entre las fuerzas de ocupación estadounidenses y grupos insurgentes.

Tanques del Ejército de los Estados Unidos atacaron posiciones mantenidas por los rebeldes, quienes respondieron con morteros y granadas.

Horas antes, por lo menos tres iraquíes perdieron la vida por bombardeos de aviones estadounidenses que atacaron la ciudad, mientras las familias huían de la zona, dijeron residentes.

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Desde el jueves, Faluja está rodeada por fuerzas estadounidenses e iraquíes que buscan retomar el control de la ciudad, el más importante reducto rebelde sunita del país, y el gobierno interino iraquí considera que la operación militar es crucial para restablecer el orden antes de las elecciones de enero.

En otros incidentes, nueve policías iraquíes murieron en una emboscada al sur de Bagdad y dos helicópteros estadounidenses se estrellaron en la capital iraquí, provocando el fallecimiento de dos soldados y heridas a otros dos, pero se ignora si fueron blanco de disparos. Por lo menos 27 helicópteros han sufrido siniestros en Iraq desde mayo del 2003, muchos de ellos causados por fuego enemigo.

Asimismo, muchos cristianos iraquíes se abstuvieron de ir a misa como reacción a los ataques dinamiteros del sábado contra cinco iglesias de la capital.

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Un sitio de internet islámico publicó el sábado un comunicado atribuido al grupo islámico Monoteísmo y Guerra Santa del rebelde jordano Abou Moussab Al Zarqawi en el que  reivindica la decapitación de once policías y guardias nacionales iraquíes.

De origen jordano, Al Zarqawi es considerado por Estados Unidos como su  enemigo número uno en Iraq, donde reivindicó varios atentados, secuestros y  decapitaciones de rehenes desde la caída del régimen de Saddam Hussein.

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El sábado, el Ejército de Estados Unidos desmintió informes que aseguraban que Al Zarqawi había sido detenido en Iraq.