La obra ‘Cenicienta’ de este guayaquileño se presentará mañana en el MAAC Cine.

El jerez era una de las bebidas favoritas de Sir Frederick Ashton (1914-1998), un guayaquileño que emigró de Ecuador a Inglaterra cuando todavía era un adolescente.
Allí se formó como bailarín y se convirtió en el principal coreógrafo del Royal Ballet de Londres.

Pero no solo este trago formaba parte de sus predilecciones. A él le gustaba brindar licor de cereza a las personas que lo visitaban y estar en contacto con la naturaleza: Ashton tenía una casa de campo en las afueras de Londres, a la que iba cada vez que el tiempo le daba tregua.

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Como un homenaje a este personaje de la danza, quien este año habría cumplido 100 años (17 de septiembre), el MAAC Cine proyectará –este domingo– una de sus obras: Cenicienta.

Priscila Illingworth de Ortega, sobrina nieta del coreógrafo, viajó a Inglaterra por turismo, en 1986. Pero también tenía otro motivo: conocer a su tío abuelo de quien tanto su familia le había hablado en su niñez. Las reminiscencias de ella sobre Ashton  eran pocas. Recuerda que se parecía mucho a su abuelo, Álex Ashton.

Cuando ella lo llamó por teléfono para hacer una cita, él le dijo que sí, pero que solo sería de media hora. Sin embargo, una vez que se vieron, la charla duró dos horas, y fue en su apartamento, ubicado en la zona de los almacenes Harrods.
“Fue un encuentro entre familia y él estuvo muy contento”.

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Como un hombre afable, natural y sencillo –porque la fama no lo había convertido en un hombre inalcanzable– lo define su sobrina nieta.

La cita terminó con una invitación al Royal Ballet. Y es que Priscila llegó en octubre, justo en la apertura de los eventos de danza en esta ciudad. No recuerda la obra que vio, pero lo que sí tiene latente es el final de la presentación: “Mi tío recibió una gran ovación del público.
La gente se puso de pie para aplaudirlo cuando subió al escenario”.

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Las personas que conocieron a Ashton se sorprendieron por algo: hablaba muy bien el castellano, pese a que la mayor parte de su vida vivió en Inglaterra.

Violeta Iturralde de Orrantia, de 80 años, escudriña en su pasado, en el que incluye a su padre, Isidro Iturralde, para poder hablar del famoso coreógrafo. Los recuerdos de Violeta están en Guayaquil, en el barrio Las Peñas. Y es que Ashton e Iturralde pasaron parte de su niñez en este sector tradicional de la urbe.  “Mi papá vivía en la villa San Antonio y Frederick más adelante”.

El padre de Violeta le contaba que ambas familias eran muy unidas y ellos (Isidro y Frederick) muy buenos amigos. Su lugar de juego era la calle del barrio: la Numa Pompilio Llona. Los lazos familiares se unieron más cuando su tía, Tita Arosemena Coronel, se casó con el hermano de Frederick, Álex.

Vicente Illingworth hizo un posgrado de medicina en Londres y así tuvo la oportunidad de conocer a su tío abuelo. Lo que más le sorprendió fue que toda la conversación que mantuvo con su tío abuelo fluyó en español. De ese encuentro conserva una foto.

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Illingworth lo califica como una persona de trato amable, de buen talante, pero reservada. Cordial, agrega, porque tenía predisposición para conversar y, sobre todo, conservaba su carisma latino. Nunca olvidó sus raíces, pues se interesaba mucho por la gente de Ecuador. Y, por supuesto, de brindar licor de cereza, dice, cada vez que alguien lo visitaba.

Ashton no solo vivió su niñez en Ecuador, parte de ella la pasó en Perú. Y fue en Lima, comenta el historiador Juan Castro y Velázquez, que aquel niño de apenas 13 años descubrió el espíritu de la danza al ver bailar a la inmortal Anna Pavlova, de Rusia.

De allí en adelante, la danza formó parte de su vida, sobre todo cuando pasó a residir en Gran Bretaña, donde estudió entre 1919 y 1921 en Dover College de Kent. Entre sus ballets famosos    figuran Les patineurs (Los patinadores, 1937) y Cinderella (Cenicienta, 1948).

Cecilia Gómez de Pareja, de 82 años, conoció al famoso coreógrafo solo por un momento. Pero quizá fue uno de los principales para Ashton: ese día le hacían un homenaje, pues se retiraba de los escenarios. Esto fue hace 22 años, cuando Cecilia Gómez y su hija, Susana, viajaron a Londres. Allí se enteraron de la despedida que le hacían al coreógrafo en el Covent Garden. Ellas compraron las entradas para verlo.  El Royal Ballet danzó tres piezas en honor a Ashton. Él miraba, emocionado. Al final llegó lo mejor: la gente lo aplaudió largamente. Conmovida. Y de pie... Falleció en su residencia de Sussex el 18 de agosto de 1988.

Dónde: MAAC Cine (en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo), en Malecón 2000.

Cuándo: Mañana

Cuánto: Un dólar.

Obra:  Cenicienta, del bailarín y coreógrafo guayaquileño Frederick Ashton.

Hora: 11h00.