El no vidente Tarquino Piguave, maestro de la escuela municipal de ciegos Cuatro de Enero, ubicada en Machala y Bolivia, dirigió ayer el desfile de 60 ciegos de dicho plantel educativo, quienes celebraron el Día Mundial del Bastón Blanco.

Durante la media hora que duró el desfile, él animó y alentó por medio de un megáfono a sus compañeros. En el recorrido los habitantes del sector veían cómo los marchantes dirigían sus bastones de un lado a otro para no tropezarse en el camino.

Édison Prado, profesor de orientación y movilidad, sostuvo que este desfile –que se lo realiza desde hace quince años– es también para pedir a las autoridades que se respete el derecho de los ciegos.

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“Estas personas son seres humanos como todos nosotros y no deben ser marginados por tener discapacidades”, dijo.

Los familiares de los no videntes niños, jóvenes y adultos caminaron juntos con ellos, entre estos estaban Mirella Casquete, quien dirigió los pasos de su hijo, de 5 años, José María. “Mi hijo nació con glaucoma congénito (aumento de la presión de la vista) por la falta de atención inmediata en el momento de mi parto”, dijo la madre del pequeño.

Mirella indicó que hace cinco meses tiene a su hijo estudiando en la escuela para ciegos Cuatro de Enero. Su decisión se debió a que una doctora del hospital del niño Francisco de Ycaza Bustamante le habló del lugar.

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“Esta escuela ha sido de gran ayuda para mi hijo, yo siempre le doy todo el apoyo que él necesita porque me ha dicho que quiere ser doctor y maestro”.

Otro no vidente que marchó y demostró alegría fue el maestro de música Alberto Arízaga (40). Él animó el desfile entonando melodías con un acordeón. Recordó que su problema se presentó desde su nacimiento. “Mi mamá tuvo trillizos. En el parto un hermano murió y los otros dos salimos con discapacidades”.