El ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada reconoció que cometió errores, pero no de la mala, y dejó entrever que está dispuesto a someterse a un juicio aunque asegura que quienes lo derrocaron ahora gobiernan y digitan la justicia.
 
En un comunicado de prensa conocido el sábado el ex mandatario, que vive en Estados Unidos desde que dimitió en octubre del 2003, dejó entrever que se someterá al juicio de responsabilidades autorizado en su contra por el congreso, pero puso en duda de que el proceso sea   ecuánime y   desprovisto de injerencia política.
 
Es la primera respuesta pública del ex gobernante tras la decisión del congreso de autorizar un juicio por genocidio y violación de las garantías constitucionales. Sánchez de Lozada está acusado por la muerte de 56 personas durante la convulsión de octubre que provocó su caída.
 
Asimismo, calificó de   infamia la acusación del Fiscal General, César Suárez quien dijo el viernes que el ex presidente debe responder por el destino de 180 millones de bolivianos (22 millones de dólares), solicitados al Banco Central durante la días de convulsión que vivió el país hace un año.
 
Ese dinero supuestamente fue para financiar las operaciones de las Fuerzas Armadas y la policía durante la violenta represión de esos días.
 
El fiscal me responsabiliza de una supuesta sustracción de fondos reservados que no existió, dijo Sánchez de Lozada en la nota.   Acudiré a todas las instancias que sean necesarias, para exigir el derecho de los bolivianos y de la historia a la más amplia, imparcial y exhaustiva investigación de los sucesos, sin privilegios de ninguna naturaleza, agregó.
 
Sostuvo que   quienes derrocaron el poder constitucional, asestando un golpe a la democracia y a las instituciones bolivianas, ahora están participando en el gobierno y ejercen una influencia decisoria sobre el Poder Judicial y el Ministerio Público, aunque no los individualiza.
 
Junto a Sánchez de Lozada serán procesados 15 de sus ex ministros, cinco de los cuales son actualmente legisladores.
 
El viernes un millar de manifestantes tomaron las calles de La Paz para reclamar un juicio al ex mandatario y pasearon muñecos enjaulados que aludían al ex presidente y sus colaboradores. Otros actos se realizarán el domingo al cumplirse un año de la revuelta.
 
El levantamiento popular que tuvo su epicentro en la ciudad de El Alto, a 15 kilómetros de La Paz, fue en contra del proyecto de exportación de gas a Norteamérica por un puerto de Chile.
 
Sobre ese negocio, Sánchez de Lozada dice que el mismo día que tuvo que renunciar, la petrolera   Shell había logrado asegurar, con sus yacimientos en Rusia, el 50% del gas natural a California y el otro 50% la British Petroleum con sus yacimientos en Indonesia, de modo que Bolivia   había perdido para siempre el mercado norteamericano.