La mayoría de los militares de EE.UU. y sus familias albergan dudas sobre la estrategia de su Gobierno en Iraq y consideran que se calculó mal el número de soldados que debían desplegarse en ese país, según una encuesta difundida este sábado.
 
La encuesta elaborada por el Centro Annenberg de Política Pública, dependiente de la Universidad de Pensilvania, señala que la mayoría de los militares y sus familias apoyan al presidente George W. Bush pero critican aspectos de la estrategia seguida en Iraq.
 
Así, el 62% de los encuestados cree que no se desplegaron suficientes soldados en Iraq.
 
Esa opinión es más marcada entre las familias que entre los militares en sí: un 58 por ciento de los soldados consultados cree que el número se quedó corto, pero entre sus allegados esa creencia es compartida por el 66 por ciento.
 
Otro 59% de los consultados considera que el despliegue ha recurrido demasiado a la Guardia Nacional y los reservistas y en su lugar hubiera sido necesario enviar a más soldados regulares.
 
Un 68 por ciento de los soldados consultados aprobó la actitud del presidente en Iraq, pero entre los familiares ese apoyo cae al 55%.
 
Una pequeña mayoría, el 51%, es partidario de que se permita publicar las fotos de los ataúdes de los soldados muertos a su llegada a la base aérea de Dover, en Delaware, al considerar que aumentaría el respeto del público hacia la labor castrense.
 
Hasta ahora, el Pentágono ha rechazado autorizar esas imágenes, con el argumento de que así protege la intimidad de las familias de los militares muertos.
 
La encuesta encuentra que el 50% de los consultados se opone a permitir el servicio de los homosexuales en las Fuerzas Armadas, frente al 42% que se declara partidario de ello.
 
La aprobación de los militares homosexuales está más extendida entre las familias (un 51% es favorable) que entre los propios soldados, que se oponen en un 57%.