Se acerca la hora de votar y cada vez más, ciertos candidatos se apuran en despotricar vulgarmente contra sus adversarios; ¡cosa de la que ya estamos hartos, cansados!, desde elecciones antiguas en que ha pasado lo mismo.

Si ver y escuchar a candidatos varones hablar mal de sus compañeros, resulta repugnante, pesado; sorprende eso mucho más, y causa rechazo, cuando se trata de mujeres que aspiran a un cargo público. Se supone que la mujer es candor, equilibrio, fineza, pero el espectáculo que algunas han dado es triste, vulgar, y revela falta de valores morales.

¿No se dan cuenta que lo que los ecuatorianos queremos es oírlos, pero no para que se insulten, difamen, sino para que expliquen con claridad qué van a hacer por sus ciudades, provincias y país?

Publicidad

En cada mitin, propaganda, concentración y entrevista, algunos solo pasaron sacándose los cueros al sol, diciendo del otro: “Ese tiene una casota con piscinas más elegante que la mía; no voten por ese otro porque tiene sedas y lujos en sus oficinas; esa otra no es una dama de familia y yo sí lo soy; vota por mí que soy ganador y no por esos mentirosos”....

¡Cómo algunos han desperdiciado el tiempo de campaña, deshonrando y criticando a los demás, sin haber aprovechado para presentar sus planes de trabajo! Si con eso han creído que atraían a los electores, pues, ¡no!, nos han alejado.

El país votante está hastiado de lo mismo, de la patraña vulgar, insultos; no quiere vociferaciones sino acciones en bien de la comunidad. Todos esos, ya pagarán este domingo 17, los electores los castigaremos porque queremos un país con líderes, hombres y mujeres inteligentes, de buena fe, que nos dirijan con planes y trabajos que nos lleven al progreso, y especialmente a la unidad nacional, a la paz entre hermanos.

Publicidad

Luis García
Guayaquil