La oficina estadounidense que controla los alimentos y medicinas (FDA, en inglés) decidió este viernes imponer los alertas más firmes posibles respecto al riesgo de suicidio entre los jóvenes tratados con antidepresivos.
A partir de ahora, los envases de antidepresivos deben incluir una advertencia en recuadro negro, en lo que constituye la medida más fuerte de la FDA para prevenir a los médicos y pacientes contra los peligros potenciales de un tratamiento con estos medicamentos.
"Esta decisión resulta de las conclusiones de la FDA concernientes al riesgo creciente de pensamientos suicidas y de la necesidad de informar a los médicos que recetan estos antidepresivos así como los niños y adolescentes a los que están destinados", declaró el jefe interino de la FDA, Lester Crawford.
La FDA respondió así a las recomendaciones de un comité de expertos independientes que se pronunció por 15 contra 8 por tomar esta medida.
Las conclusiones del comité se basaron en una serie de ensayos clínicos sobre 4.000 jóvenes realizados por los fabricantes de cinco antidepresivos permitidos en Estados Unidos.
Los estudios encontraron que un joven que toma estos antidepresivos tiene el doble de probabilidades de tener pensamientos suicidas que otro que recibió placebos en su tratamiento.