Los presidentes de Bolivia Carlos Mesa y de Argentina Néstor Kirchner firmaron este jueves en la ciudad de Sucre un acuerdo marco para la provisión durante 20 años de 26,5 millones de metros cúbicos (MMC) diarios de gas boliviano destinado a los mercados argentino, uruguayo, paraguayo y eventualmente al chileno.
El acuerdo, firmado en la Plaza de Armas de la capital boliviana, distante 740 km al sudeste de La Paz, incrementa desde 2007 de 6,5 a 26,5 MMC/día los volúmenes de exportación de gas boliviano.
Bolivia bombea desde junio último 6,5 MMC para atenuar la crisis energética que enfrenta Argentina y que afectó sus envíos a Chile y Uruguay.
El protocolo complementario de compra venta de gas boliviano es un "ejemplo de integración regional", destacó Kirchner durante una corta alocución en la plaza de la capital boliviana.
El mandatario argentino dijo que el convenio se firmó en un "día histórico" y aseguró que redituará "trabajo, inversión y recursos para ambos países" donde debe combatirse la pobreza y la indigencia "en nuestros pueblos tan sufridos".
"Estamos generando un punto de inflexión" en el desarrollo binacional, proclamó el presidente visitante.
Su colega anfitrión Carlos Mesa recalcó que el acuerdo marco contiene una cláusula que le obliga a adecuarse a las prescripciones de la nueva ley de hidrocarburos que actualmente considera el Congreso de Bolivia.
"Este acuerdo, que es un protocolo complementario, toma en consideración, como no puede ser de otra manera, el marco en lo que toca a Bolivia y a la parte boliviana de lo que diga la ley de hidrocarburos aprobada y promulgada por el Estado boliviano", explicó.
En medio de críticas por su decisión de exportar gas a Argentina antes de la promulgación de la nueva ley petrolera, que postula la recuperación estatal de los hidrocarburos actualmente en poder de 25 firmas extranjeras, esgrimió que el pacto energético duplicará desde 2007 el valor de las ventas globales bolivianas.
"Cómo perder una oportunidad de este tamaño que no sólo es exportación de gas sino que es también la construcción, en territorio boliviano, de una planta separadora (de líquidos) que marca un valor agregado y un espacio distinto, nuevo y promisorio que debe ser un futuro de industrialización de nuestros hidrocarburos", afirmó el gobernante boliviano.
El energético abastecerá principalmente las provincias argentinas de Formosa, Corrientes, Misiones, Chaco y Entre Ríos, por medio de un gasoducto binacional de 1.500 km de extensión con una capacidad para transportar 30 MMC diarios del energético.
El tubo, cuya construcción demandará una inversión de 350 millones de dólares y cerca de 18 meses, unirá los yacimientos gasíferos del sur de Bolivia y la provincia argentina de Santa Fe.
El ducto permitirá, asimismo, enlazar, de un lado, el eje Santa Fe-Clorinda, con vistas a Paraguay y, de otro ángulo, a Uruguay. Eventualmente Chile podría recibir parte del flujo si soluciona su centenario diferendo marítimo con Bolivia.
El gasoducto por el nordeste argentino correrá en el extremo opuesto del construido en la década del 70, por el que Bolivia vendió a Argentina 4.000 millones de dólares entre 1970 y 1996 y por el que actualmente se exporta 6,5 MMC/diarios.
Luego de recorrer algunos puntos turísticos de Sucre, donde en 1809 se registró la primera rebelión prorepublicana contra el poder español en el nuevo mundo, Kirchner partió de retorno a Buenos Aires.
Bolivia detenta la segunda reserva gasífera más importante de Sudamérica: 54,9 trillones de pies cúbicos (TPC), sólo superada por la venezolana de 147 TPC.