Al comandante israelí acusado de rematar y dar el tiro de gracia a la niña palestina Iman Al Hams, de 13 años, en la localidad de Rafa, en Gaza, se lo suspendió del cargo mientras concluyen las investigaciones sobre el caso.

Iman fue acribillada a balazos el pasado martes por soldados de la Brigada Guivati destacados en el puesto de vigilancia de Guirit, en el extremo sur de la Franja de Gaza, cuando se extravió mientras caminaba hacia la escuela debido a una espesa niebla y en lugar de dirigirse al colegio, tomó una carretera hacia el puesto militar israelí. Los militares dicen que creyeron que la niña llevaba una bomba.

Cientos de niños y adolescentes palestinos han sido muertos por el Ejército israelí los pasados cuatro años, muchas veces en choques entre soldados y jóvenes que les lanzan rocas.

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El martes, otra pequeña de 11 años resultó gravemente herida de bala en su salón de clases en una escuela de las Naciones Unidas, en el campamento de refugiados de Jan Yunis, en la Franja de Gaza. La menor, Ghadir Mokjeimer, falleció ayer.

Las Naciones Unidas, que estaban a cargo de la escuela, responsabilizaron al Ejército israelí del deceso, pero este indicó que estaba respondiendo al fuego de extremistas que lanzaron un ataque con morteros desde la zona donde se encuentra el establecimiento.

La ofensiva israelí Días de Penitencia, en Gaza, deja más de 119 palestinos muertos, ocho de ellos ayer. Además fallecieron cinco israelíes.

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Israel justifica la ofensiva afirmando que trata de detener ataques con misiles contra Israel, uno de los cuales mató a dos niños israelíes.