Soy un estudiante secundario y escribo estas letras cuando se acerca la hora de las elecciones y de sufragar.

En este mes de octubre, mes de “candidatos fidedignos”, ofrecen a la gente halagos, propuestas, juramentos, desempeñarse en sus próximos puestos, mantenerse firmes..., para conseguir al fin el voto del pueblo.

Andrés Ante L.
Guayaquil

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¿Les interesa a los jóvenes la política? Muchos dirán que no, y sin culparlos, podría sentirme identificada con esa respuesta, pero no es así. Algunos nos damos cuenta que la política no es el problema, que el problema está en los que intentan hacer política y han terminado dándonos a los jóvenes el más abominable ejemplo de lo que conocemos como politiquería.

Creo en una política social, pues la partidista hasta ahora no me ha convencido, talvez porque no les ha interesado convencerme o quizás no les conviene, ya que hay una nueva generación que como yo se ha formado en la escuela del trabajo voluntario y de la construcción del capital social, la cual nos enseña que absolutamente todos, comunidad, empresa y gobierno tenemos las responsabilidad de trabajar silenciosa y éticamente por un país que necesita evolucionar.

Para nosotros, los jóvenes, el actual escenario político se encuentra lleno de algunos que van de cantón en cantón, de discurso en discurso, repartiendo tiquetes para dar empleo, juguetes de mala calidad, comida, según ellos para convencer y contentar.

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Se nota que no conocen la realidad. Pobres incrédulos, no saben que el pueblo al que supuestamente “contentan” ya aprendió la lección, y se las dará este domingo.

Invito a los jóvenes a que trabajemos por impulsar la política social que no se la ejerce solo desde el ámbito gubernamental, sino que está en el día a día y en lo que podamos hacer por los demás.

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Lcda. Miriam Rojas
Guayaquil

La política es un conjunto de instituciones (ideas, creencias usos y prácticas sociales) relacionadas con la administración de los asuntos públicos y con el poder.

¿Cuántos de nosotros tenemos clara esta definición? ¿Será porque desconocemos lo que significa, que tememos formar parte de la política? ¿O simplemente criticamos a aquellos que son nombrados para desempeñar un cargo público, ya que tenemos a la corrupción como etiqueta política?

Estamos en vísperas de elecciones y al pueblo se lo “entretiene” desde diferentes ángulos. Nos han llamado para darnos un “seminario” de cómo portarnos en las mesas electorales; pero la conciencia electoral aún no tiene pabellón.

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Frases de propagandas políticas como: “Tenemos a personas de acrisolada reputación, que dignifican con su diáfano proceder”, las leemos en diarios, y en las columnas de al lado están publicadas denuncias de estafas o robos cometidas por las mencionadas personas de “acrisolada” reputación. Finalmente, ¿por quién votamos?

Patricia M. Aguirre Rosero
Guayaquil