Leí en el periódico que nuestro Presidente visitó cinco provincias en 28 días, y me dije, “por eso este país está como está, sin guía, sin brújula”. Yo gerencio una compañía pequeña que se dedica a brindar servicio al comercio exterior, y trabajo junto con mis colaboradores entre nueve y diez horas diarias.

Cuando salgo de viaje de negocio, a mi regreso trabajo un poco más para ponerme al día; este sacrificio me ha permitido crecer, pagar los sueldos puntualmente, tener una participación importante en el mercado, pagar mis impuestos, cumplir con mis proveedores; es decir, estar en lo que se puede bien, sin encontrarme en la panacea, y creo que podríamos estar mejor si tuviéramos el apoyo  de la clase política.

Tengo esta pequeña empresa con 18 trabajadores. Siempre imaginé que la primera autoridad del Ecuador, quien posee tanta responsabilidad ante los más de 12 millones de habitantes, tendría mucho trabajo; pero el coronel Gutiérrez nos demuestra que no es así. Él tiene tiempo  para bailar, manejar traileres... ¡En 28 días no ha ido a su despacho!

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Imagino qué atrasado estará su trabajo; por eso el Ecuador es atrasado en educación, salud, producción...

Creí que para ser Presidente, a más de honesto, inteligente, estadista, había que ser trabajador; pero me equivoqué. Simplemente hay que poseer energías para andar de viaje en viaje, de fiesta en fiesta, de mitin en mitin.

Nos ha demostrado que más le importa la subsistencia de su partido político, que la de los ecuatorianos que con tanta esperanza lo eligieron; pero lo único que nos reconforta es que la historia lo sabrá juzgar como ha juzgado a otros que con la misma mediocridad han pasado por el poder.
¡Señor Presidente, póngase a trabajar, por favor!

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José Alberto Díaz Martillo
Guayaquil

Me permito recordarle sus primeras mentiras en su campaña presidencial: prometió primero la reestructuración de las cortes; combatir la corrupción; no gobernar con los mismos políticos de siempre; que se rodearía de profesionales capaces y honestos; no al nepotismo... Pero absolutamente nada de eso se ha cumplido. Hay ideologías de izquierda, derecha, pero nos ha fabricado la ideología de la conveniencia y la mentira. De no ser por los altos precios del barril de petróleo, no pudiera mantenerse todavía en la presidencia.

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Antes que se dé inicio a la actual campaña electoral, se nos dijo que no se podía hacer obras por falta de presupuesto, pero ahora sí hay dinero para contratar espacios en los medios de comunicación televisivos para justificar una actitud indigna de un Primer Mandatario, como es hacer proselitismo político.

Está a mil años luz de ser un estadista.

Blgo. Diego Romero Crespo
Guayaquil