Un método menos invasivo para corregir el engrosamiento peligroso de vasos sanguíneos es mejor que la terapia tradicional, dijeron el miércoles médicos holandeses, pero un colega estadounidense advirtió que su declaración era prematura y tal vez errónea.
 
Alrededor de 11.000 personas en Estados Unidos mueren repentinamente cada año como consecuencia de un aneurisma, que ocurre cuando la arteria aorta, el mayor vaso sanguíneo del cuerpo, se inflama gradualmente hasta que, como ocurre con un globo con exceso de presión, se rompe.
 
Los médicos pueden detectar el problema con ultrasonidos, pero a menudo no lo ven porque la inflamación ocurre paulatinamente sin ocasionar síntomas.
 
De manera tradicional, los cirujanos abren el abdomen para reparar la aorta.
 
Pero con la esperanza de evitar las compilaciones de una cirugía mayor, muchos médicos han estado experimentando con una técnica menos invasiva, conocida como reparación endovascular.
 
En la reparación endovascular se abren pequeños agujeros en la ingle para introducir un dispositivo que porta una malla hecha de metal o de un tejido especial, conocido como endoinjerto, para reparar las paredes de la aorta.
 
Cuando se llega a la zona dañada, el dispositivo se expande y proporciona una capa interior artificial a la arteria, aliviando así la tensión sobre las debilitadas paredes arteriales.
 
Un estudio de 345 voluntarios, procedentes de 28 centros médicos en Holanda y Bélgica, halló que los pacientes que fueron sometidos a la cirugía tradicional tuvieron el doble de probabilidad de morir o de sufrir complicaciones graves derivadas de la operación, comparados con quienes recibieron en endoinjerto.
 
El estudio será publicado en la edición del jueves del New England Journal of Medicine.
 
"La reparación endovascular es preferible a la cirugía abierta", dijo el equipo de médicos europeos, dirigido por Monique Prinssen, del Centro Médico Universitario de Utrecht, Holanda.
 
Sin embargo, en un editorial publicado en la misma revista, Frank Lederle, del Centro Médico de Veteranos en Minneapolis, dijo que los médicos no deben aceptar la conclusión de que los endoinjertos son mejores que el tratamiento tradicional, porque el estudio no tuvo en cuenta las complicaciones a largo plazo y otros puntos importantes.
 
Lederle dijo que otras investigaciones han demostrado que uno de cada 33 endoinjertos fracasa cada año, lo que representa 10 veces el índice de fracaso de la cirugía tradicional.
 
Asimismo, dijo que información de la Clínica Cleveland muestra que "los resultados a largo plazo, tras una reparación endovascular, parecen ser peores en caso de aneurismas muy grandes, que son los que más necesitan corregirse".