El ejército estadounidense bombardeó este martes un restaurante de Faluya, presentado como un presunto escondite del grupo de Abu Musab al Zarqaui, mientras continuaban las negociaciones entre los representantes de la ciudad rebelde y el gobierno iraquí.
 
En Bagdad el desarme de los milicianos chiítas de Sadr City iba en aumento  en el segundo día de la operación, que está previsto que termine el viernes.
 
"Decenas y decenas de armas de grueso y mediano calibre ya han sido  entregadas, y puedo decir sin temor a equivocarme que hay más de mil", declaró  a la AFP un oficial de la Guardia Nacional en una estación de policía del  barrio.
 
En Faluya la Fuerza Multinacional indicó en un comunicado que localizó un escondite del grupo de Zarqaui a las 00h01 locales del martes (21h01 GMT del  lunes), precisando que se produjeron explosiones en el lugar, "lo que mostraba la presencia de escondites de armas y de artefactos explosivos".
 
"Los terroristas planificaban con frecuencia operaciones a partir de esta localidad, que controlan desde hace más de un año", señala el texto.
 
Según el director del hospital de Faluya, Rafeh Hayad, el ataque provocó cuatro muertos y seis heridos "entre los empleados del restaurante Al Haj  Hussein", el establecimiento más popular de Faluya, ciudad situada a 50 km al  oeste de Bagdad.
 
El restaurante, que contaba con una planta baja y un primer piso, quedó  completamente destruido, mientras que los comercios que le rodeaban fueron  dañados, indicó por su parte un corresponsal de la AFP en el lugar, añadiendo  que muchas personas venían de todas partes de la provincia de Al Anbar a comer  el kebab de ese restaurante.
 
Cuatro horas después la aviación norteamericana realizó un segundo ataque  contra el nordeste de la ciudad, al parecer contra otro presunto escondite de  la red de Zarqaui, sin provocar víctimas, según el hospital local.
 
Los aviones estadounidenses bombardean casi cotianamente Faluya, mientras  que una delegación de personajes de la ciudad lleva a cabo conversaciones con  el gobierno de Iyad Allawi para intentar hallar una solución pacífica a la  crisis.
 
En otras partes de Iraq la violencia se cobró ocho víctimas en las últimas  horas.
 
En Mosul un responsable de la provincia de Nínive, Abdelmajid Ibrahim al  Antar, fue muerto por hombres armados, según la policía, mientras al sur tres  iraquíes murieron cuando una bomba explotó al paso de su vehículo en la  carretera que lleva a Samarra.
 
Al oeste de la capital, en Ramadi, las fuerzas de seguridad iraquíes y el  ejército estadounidense realizaron registros en siete mezquitas buscando  rebeldes. Según el Comité local de ulemas, el jeque Abdelalim al Saadi y su  hijo fueron arrestados.
 
En esa misma ciudad dos iraquíes fueron muertos y cinco resultaron heridos  durante enfrentamientos nocturnos, señaló el hospital local.
 
El lunes, en Hit, dos iraquíes murieron y 30 fueron heridos durante un  ataque estadounidense, según fuentes médicas, mientras que el ejército recalcó  que bombardeó la mezquita para responder a disparos enemigos.
 
Por su parte, el jefe de la policía de Nayaf, general Ghaleb al Jazairi,  afirmó que sus servicios arrestaron hace poco a "un miembro de Al Qaeda"  decomisando equipos sofisticados e identidades falsas, pero no reveló su  identidad, ni su nacionalidad.
 
Diez ex rehenes turcos, cuya liberación fue anunciada el domingo, llegaron  a Bagdad, donde su compañía desmintió que se retiraba de Iraq.
 
"No nos retiraremos porque los secuestradores aceptaron el diálogo y  comprendieron que nuestra compañía resultaba perjudicada, dijo el director de  la empresa turca Vinsan, añadiendo que los rehenes regresarían a Turquía.
 
La televisión Al Jazira de Qatar había dado cuenta que después de 40 días  de secuestro el "Grupo salafista Abu Bakr al Siddiq" había liberado a los diez  rehenes turcos.