Elementos de las FF.AA. desfilaron por la Av. de las Américas durante dos horas y quince minutos.

El cierre de vías dispuesto para la realización ayer de la parada militar a partir de las de 10h00 hasta las 12h15, en la Avenida de las Américas, obligó a quienes deseaban observar el acto a caminar cerca de un kilómetro.

Jacqueline Rivadeneira, de 39 años, reside en el suroeste de la ciudad. Ella llegó al lugar del desfile a las 07h00 con su hijo y nieta, Arturo Macías y Gabriela Merchán. Avanzó desde su domicilio hasta el norte en autobús. Se quedó en el paso a desnivel de la Av. de las Américas que conduce a la Av. Juan Tanca Marengo. Dijo que era la  primera vez que veía el homenaje que los militares hacen anualmente a la urbe.

En la parada por los 184 años de Independencia de Guayaquil participaron 5.200 militares de las tres ramas de las FF.AA.

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Como Rivadeneira, la mayoría de los asistentes se ubicó junto a la tribuna donde estaban las autoridades e invitados. En el sector fue difícil observar con facilidad el desfile, aunque a lo largo de la Avenida de las Américas había zonas con menor número de público.

A los uniformados se unieron  1.700 estudiantes que cumplen la premilitar y 300 alumnos de los colegios militares.

Los carros que se encontraban en las calles cercanas al desfile sirvieron  de plataforma para los espectadores.

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Jefferson Álava, de 13 años, vio el desfile vestido, como los demás, con ropa ligera y visera. Otros prefirieron usar gorra, pese a que solo hubo resplandor. El joven acompañó a su padre, Joffre Álava, quien expendía agua a $ 0,25 la botella.
Carlos Pico vino ayer de Jipijapa, su ciudad natal, a las 03h00, para vender en el desfile sándwiches de chancho a $ 0,50. Pero dijo que las ventas de ayer en comparación con las del  2003, en el mismo sitio, fueron malas. “El año pasado gané $ 80 y hoy (ayer) hice $ 30”. No obstante, el paso de los canes, vehículos y armas deslumbraron tanto a él como al resto de ciudadanos.