Cerca de 50 prisioneros escaparon el domingo de una cárcel de Río de Janeiro utilizando una cuerda fabricada con sábanas y toallas, en la mayor fuga masiva en la ciudad en cuatro días, dijeron las autoridades.
 
El jueves, 69 personas escaparon de un centro policial de detención a las afueras de la ciudad, por un túnel que excavaron desde el patio de la prisión.
 
El domingo, 48 reos de la cárcel de Benfica, en la zona norte de Río, hicieron un agujero en el techo de la prisión y usaron la cuerda fabricada con sábanas y toallas para descender por el muro exterior de la cárcel antes del amanecer.
 
Las autoridades sospechan que algunos guardias de la prisión fueron sobornados para que miraran hacia otro lado durante la fuga. No obstante, ninguno ha sido arrestado.
 
La corrupción es un flagelo en las cárceles de Brasil, ya que los guardias reciben salarios raquíticos, mientras que poderosos líderes de bandas utilizan dentro de la cárcel el dinero a manos llenas.